Lo que empezó como una crisis en los mercados financieros, se ha convertido en una crisis mundial de empleos que está provocando privaciones en la vida de muchas trabajadoras y trabajadores, familias y comunidades. La Organización Internacional de Trabajo señala que el descontento ha sido reportado en más de 25 países, y advierte que la inquietud social será creciente porque el desempleo no se recuperará hasta 2015. Esto significa que quedan aún cuatro largos años de desempleo.
“La justicia tiene que ser la brújula que nos guíe para salir de la crisis”, dijo el director general de la OIT Juan Somavia. “La gente puede entender y aceptar decisiones difíciles, si perciben que todos compartimos una carga de dolor. Los gobiernos no deberían tener que elegir entre las exigencias de los mercados financieros y las necesidades de sus ciudadanos. La estabilidad social es lo principal dado que no solo la economía mundial está en peligro, sino también la cohesión de nuestra sociedad.”
Existen varias razones para advertir que la economía se deteriorá en muhos países. La primera es que el retiro de los planes de estímulo hundirá más a la economía. Estos planes lograron dar el impulso entre 2009-2010 y evitaron una crisis más profunda, pero carecieron de fuerza para dejar a la economía sobre sus propios pies. Y si a esto agregamos ahora los temidos recortes y ajustes presupuestarios, tenemos el cóctel perfecto. Esto demuestra que las causas fundamentales de la crisis, así como su salida, no han sido abordadas adecuadamente.
La OIT señala que si bien hay signos de crecimiento en la economía, este es demasiado lento para permitir una rápida recuperación del empleo. Desde que se inició la crisis se han perdido más de 40 millones de empleo en todo el mundo y la OIT calcula que este año llegará a los 220 millones de personas. Muchos países que experimentaron una recuperación del empleo a finales de 2009, se han debilitado durante el presente año. Por eso la OIT recomienda tres políticas para la recuperación del empleo:
- Las políticas activas del mercado de trabajo incluyendo el trabajo compartido en los grupos más vulnerables como los jóvenes.
- Un vínculo más estrecho entre los salarios y las ganancias de productividad en los países con superávit para impulsar la creación de demanda y empleo.
- La reforma del sector financiero para garantizar que los ahorros se canalizan a la inversión productiva y a la creación de más puestos de trabajo estables.
Cuanto más larga sea la recesión del mercado de trabajo, mayor será la dificultad para los demandantes de empleo en obtener un nuevo empleo. En los 35 países para los cuales existen datos, el 40% de los demandantes de empleo han estado sin trabajo durante más de un año y por lo tanto corren un riesgo significativo de desmoralización, pérdida de autoestima y problemas de salud mental. Es importante destacar que los jóvenes se ven desproporcionadamente afectados por el desempleo.
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