Esta semana, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tiene previsto emitir un dictamen sobre las ventajas fiscales que el estado de Portugal permite al archipiélago de las Azores. Y los vascos y los navarros observan de reojo, ya que dicho pronunciamiento podría afectar de forma importante a sus aspiraciones de mantener sus regímenes fiscales diferenciados a través del Concierto Vasco o el Convenio Navarro.
Y es que el Tribunal europeo va a decidir si el régimen fiscal luso supone una ayuda encubierta del Estado a las empresas establecidas en una región y por lo tanto deberán ser tratadas como tales, con sus complejos procesos de autorización y sus implicaciones para la libre competencia. Si la Unión Europea se pronuncia en dicho sentido, entonces los regímenes vascos y navarros estarán en el punto de mira. Francamente, yo no entendería una sentencia en ese sentido. Quiero decir, que mientras que se permita que cada Estado tenga un régimen fiscal diferente, no veo por qué no cada uno de ellos pueda definirlo dentro de sí mismo como mejor le parezca (luego podríamos debatir si eso es justo o no para los habitantes de un mismo país, pero es otra historia). Pero si Eslovenia, por ejemplo, puede definir un esquema fiscal que atraiga a las empresas allí... ¿por qué no va a poder España hacer lo mismo? Se trataría entonces de un problema interno, no de un problema comunitario.
Otro gallo cantaría si en Europa hubiese una armonización fiscal, con esquemas impositivos similares en conceptos y cantidades. Pero estando tan lejos como estamos de eso...
Vía | CincoDias