Hoy es el último día del año. Normalmente se suele echar la mirada atrás y se piensa si ha tenido sentido lo que se ha hecho durante ese año, incluso hay quien hace balance de una legislatura. También se hacen nuevos propósitos para el año nuevo. Aunque no está de más pensar en como va ser el futuro.
Todo esto viene a cuento de la decisión del gobierno chino de incentivar la investigación y el desarrollo. Incluso se pretende ser el país que más investigue del mundo, de momento hay quien se ha ido adelantando. ¿Nos imaginamos a China como una potencia investigadora mundial? ¿Será China un cluster del conocimiento? No digo que no lo vayan a conseguir, pero de momento me parece que culturalmente o tienen difícil. China tiene una cultura de la copia muy arraigada. Muchos de sus agentes intentan seguir el camino que ya ha pisado antes alguien. En algunos casos las copias llegan a ser ridículas, como una copia de Paris o copias de los automóviles occidentales. ¿Conseguirán los chinos desarrollar sus marcas cuando de momento están acostumbrados a copiarlas?
Puede que sí, parece que la cultura de la copia no es algo exclusivo de China, sino que está impreso en la cultura asiática. En Japón también existe esa cultura de la copia. Los japoneses buscan los puntos clave e intentan hacerlo mejor, llegando a casos en los que las copias acaban comprando al original, que es lo que sucedió con la cadena 7-Eleven. Lo mismo pasó con los automóviles, Toyota siguió los pasos de Ford y ahora es el mayor fabricante mundial de automóviles.
El cambio cultural chino no es tan grande como parece al principio. Al principio China tendría que cambiar la cultura de copiar por la de ser original, ahora simplemente tiene que decir, copiar y mejorar. Nadie niega que Japón sea una potencia tecnológica, China está cada vez más cerca.
Más Información | Copiando, adaptando, asimilando y mejorando: 1, 2 y 3