Ciudadanos es un partido que está transcurriendo por sus horas más bajas, ya que su intención de voto no ha dejado de descender en los últimos dos años y el promedio de encuestas ofrece una intención de voto alrededor del 6%. Un partido político que se tomó la bandera del liberalismo como proyecto ideológico, aunque luego su acción política no estuvo focalizada precisamente en esa meta.
El liberalismo, una etiqueta ideológica que, según las encuestas sostenidas del tiempo en el CIS, es escogida como primera opción para alrededor del 10% de los encuestados. De hecho, fue el primer partido que recogió las nueces de esta etiqueta cuando uno de cada cuatro votantes definidos como liberales optó por esta formación política.
Pero ¿realmente Ciudadanos ha ofrecido una respuesta liberal en su proyecto político?
Para este partido, la máxima meta política en estos años la ha logrado en la esfera autonómica con acuerdos de coalición con el Partido popular en Murcia, Andalucía, Castilla y León y la Comunidad de Madrid. Además, tuvo notoria influencia para la aprobación de los Presupuestos de Montoro que, dadas las sucesivas prórrogas convivieron hasta 2020 con los españoles.
Desde que se presentó a las elecciones de 2015, Ciudadanos mostró un énfasis especial en los autónomos. Su mensaje era: "Menos impuestos y menos burocracia para los autónomos. Los tres millones de trabajadores autónomos son un colectivo fundamental para nuestra economía que sufre unas condiciones muy desfavorables y que ha sufrido los peores efectos de la crisis".
Como medida estrella proponían que los autónomos no pagarán cuota, si se encontraban por debajo del salario mínimo interprofesional. Por encima, se propuso pagar en función de los beneficios. La cuota no será una barrera para quienes son el corazón de nuestra economía.
Seis años más tarde y de haber tenido influencia para decisiones gubernamentales para tanto para los Gobiernos del Partido Popular (acción de Gobierno y Presupuestos) como los del PSOE (negociar estado de alarma), los resultados para este colectivo no han sido otros que aumentos indiscriminados de impuestos y, en pandemia, cierres totales o parciales de su actividad pero sosteniendo la misma carga fiscal.
A los autónomos les han ido subiendo la base de la cotización en estos años. En 2019 no solo se aumentó la base mínima de cotización sino que a ello hay que agregar el nuevo tipo general del 30% añade las contingencias profesionales, el cese de actividad y la formación. Y a partir de ahí, el tipo general irá subiendo.
Los problemas más habituales para este colectivo siguen siendo los mismos de siempre: la carga fiscal, la dificultad en atender obligaciones fiscales como por ejemplo el pago del IVA en facturas no cobradas, morosidad (por el sector privado y la administración pública), prestaciones que se solicitan y nunca llegan (un 30% de los autónomos que lo solicitan llegan a cobrar la prestación de desempleo).
Era un liberalismo muy descafeinado e, incluso, escondían sus subidas de impuestos. Pretendían reformar en profundidad el Impuesto de sociedades para cerrar agujeros, eliminar beneficios injustificados, mejorar el control y recaudar más sin subir los tipos nominales de este impuesto. Acercaremos los tipos efectivos a los nominales para aproximar la recaudación a la media de la zona euro.
La Tasa Google tenía el beneplácito de la formación naranja, la justificación es que las grandes tecnológicas estaban haciendo trampas para la efusión fiscal. No identificaron el cambio estructural de la nueva economía para atraer talento y crear empresas para competir. Al igual que los socialistas, su objetivo era atrapar fiscalmente a estas empresas.
El supuesto partido del Ibex compró el discurso del tipo efectivo contra las grandes empresas. Comentaban en su programa que el Impuesto de sociedades de España recauda poco, sobre todo en el caso de las grandes empresas, que solo pagan un 6% efectivo (beneficios globales frente a impuestos pagados en España). Esto se debe a un impuesto mal diseñado, repleto de agujeros, deducciones y beneficios fiscales, con una normativa compleja.
Pueden sentirse orgullosos debido a que en los PGE2021 se ha buscado incrementar el tipo efectivo, dando lugar a una limitación de las exenciones que pueden aplicar las sociedades respecto de los dividendos y plusvalías derivadas de su participación en sociedades filiales, pasando del 100% actual al 95%.
¿Y sobre el IVA? ¿Qué posición política tenía el liberalismo de Ciudadanos sobre un tipo del 21%? En palabras de Luis Garicano concedidas a Libertad Digital: "Ya está bien como estamos".
En promedio, los Presupuestos autonómicos representan el 17,5% del PIB. Esta medida relativa es tan elevada fruto de la alta descentralización del Estado. Si hablamos de la influencia de sector público de la mano de Ciudadanos, nos encontramos con que Murcia y Andalucía se encontrarían por encima de la media con medidas relativas del 17,9% y del 19,4% respectivamente. Castilla y León estaría en 15,9% y la Comunidad de Madrid ha mantenido su tendencia histórica de ser la Comunidad con la mejor ratio con una medida relativa del 9,5%.
Se presentaron con una etiqueta liberal que nunca fue tal sino una socialdemócracia disfrazada con tímidas pinceladas de liberalismo. Lo vemos claro en su punto que habla de la desigualdad: "no se trata de hacer el Estado cada día más pequeño sino de dotarlo de mecanismos correctores de las desigualdades y ser así un instrumento de la solidaridad y cohesión social".
De lo poco que pudiera presumir en la esfera liberal es de conseguir rebajar el impuesto de sucesiones y donaciones en sus cogobiernos. Su mayor éxito lo habríamos visto en Andalucía que se consiguió en enero de 2017 (acuerdo entre el PSOE-A y Ciudadanos) se elevó el mínimo exento hasta el millón de euros, es decir, que quienes hereden por debajo de esa cantidad no tendrán que abonar nada.