Cuando se habla de economía invisible, los investigadores se refieren al conjunto de trabajo no remunerado que se realiza dentro de un país. Esto incluye actividades como el voluntariado, pero también la labor realizada por amas y amos de casa, el cuidado de enfermos mayores, la atención de niños... miles y miles de horas de trabajo que no tienen compensación, y que de acuerdo a la socióloga María Ángeles Durán, suponen más del 60% del PIB español.
Tradicionalmente, hay una serie de actividades (cuidado de enfermos y ancianos, cuidado de niños, cuidado del hogar) que han venido siendo desarrollados por las mujeres de las familias. De hecho, aún lo siguen siendo. Sin embargo, el cambio en los modelos familiares (mucho más dispersos), la incorporación de la mujer al mercado laboral y el envejecimiento progresivo de la población están haciendo cambiar ese modelo que durante tantos años ha funcionado. Y es que cada vez hay más demanda de este tipo de servicios, y menos personas dispuestas a hacerlo. ¿Qué soluciones son posibles? Por un lado, María Ángeles Durán habla de incrementar el grado en el que estas tareas son compartidas entre hombres y mujeres, cosa que va suceciendo aunque probablemente poco a poco. También de repartir esta carga en colectivos más jóvenes, que actualmente "pasan" de responsabilidades. La contratación de estos servicios a precios de mercado (especialmente con mano de obra inmigrante) es otra opción.
Lo que parece que la investigadora tiene claro es que no podemos asumir que el Estado, ni directamente ni a través del sistema de pensiones, estará en condiciones de financiar estas actividades. El sistema público de pensiones no da más de sí, por muchos inmigrantes que lo alimenten. Tendremos que ser cada uno de nosotros, con nuestro propio patrimonio, quienes afrontemos ese coste.
Vía | Meneame Más información | Ciudad de mujeres