Como comentamos el año pasado por el blog, esta iba a ser la legislatura de la nueva financiación autonómica. Y esta semana se ha aprobado, por fin, el nuevo sistema. Lo que más me sorprende es la dificultad para encontrar información de cómo es exactamente este sistema. Es fácil encontrar ciertas cifras y ver que las Comunidades Autónomas reciben más dinero por la recaudación de impuestos en sus Comunidades (50% IRPF, 50% de IVA y 58% de impuestos especiales), pero no cuál es el criterio de transferencia por habitante en cada Comunidad.
Parece que no se ha decidido adoptar el modelo alemán, que establece que una región que recaude más impuestos debe siempre recibir más dinero que una región que recaude menos, aunque pueda haber nivelación entre ellas. El gasto por habitante seguirá siendo menor en las Comunidades que tengan más concentración de población, aunque se tendrá en cuenta el crecimiento poblacional que han tenido las Comunidades más grandes.
Lo que me resulta más curioso es que el Ministerio de Economía se niegue a detallar lo que recibirán cada una de las Comunidades. Según Salgado, cada Comunidad sabe lo que recibe, y está en su mano hacer ese número público y que sea cierto, ya que desde el Ministerio ni confirmarán ni desmentirán. Algo que me parece completamente surrealista. Ese dinero es de todos los contribuyentes, y tenemos derecho a saber cuánto se recauda y cómo se reparte. La transparencia es fundamental.
Yo personalmente estaba a favor de que hubiera un nuevo sistema, ya que el anterior se vio que era insuficiente y poco dinámico. Las Comunidades han asumido muchas nuevas competencias y deben tener la capacidad fiscal para hacerlas frente. El Estado las ha cedido, y por lo tanto debería tener menos dinero disponible. Y dejar de hacer como que las tiene, lo cual genera un gasto superfluo y duplicado. ¿Por qué, por ejemplo, sigue existiendo el Ministerio de Sanidad si eso está en manos de las Comunidades?
Además, el nuevo sistema tiene que ser transparente. Ya basta de que las Comunidades mendiguen por un lado recursos al Estado y por otro lado bajen los impuestos. Hay que ser consecuentes. Si bajas los impuestos, deja de gastar. Si elevas el gasto, sube los impuestos, no pidas porque “no tienes recursos”. Pero para que esto sea evidente no puede ser, como se rumoreaba hace unos días, que el Estado esté pensando en que hagamos dos declaraciones de la renta, una del Estado y otra de las Comunidades Autónomas. La transparencia no tiene por qué ir asociada a una mayor burocracia. Eso sería, simplemente, derrochar más.
En El Blog Salmón | Toca reforma de financiación autonómica
Vía | El País
Imagen | micora