Hace poco hablamos del peligro de que el comercio internacional sufra un revés, por las dificultades económicas que el mundo está sufriendo. Los que quieren enterrar al capitalismo quieren meter todo en el mismo ataúd, por qué no el libre comercio también.
Desde que estallaron estas dificultades, a muchos han estado como locos para buscar las comparaciones con la gran depresión del 1929, con el deseo de convencernos que los problemas actuales son, por lo menos, tan serios como ese periodo.
Hay suficientes diferencias entre lo que estamos viviendo ahora y lo que se vivió en el 1929 como para pensar que no estamos ni estaremos en la misma situación que el 1929.
El pobre Nobel, Gary Becker, está siendo duramente criticado en estas páginas, por declarar que el desempleo estadounidense, habiendo subido al 6%, no llegará al 25% que se vió en 1929. No sé por qué criticarle, sin muchos argumentos, ya que el Sr. Becker tiene razón.
Puede que el desempleo llegue al 25% en España, que no bajó su desempleo por debajo del 8%, incluso después de más de 20 años de boom, pero en Estados Unidos, ni hablar.
No obstante, es importante asegurarnos que no repitamos los mismos errores que se cometieron entonces, especialmente, en cómo reaccionamos a los eventos y qué políticas implementamos en el pánico que parece que se está viviendo.
Una de las causas del frenazo que se vió en 1929 fué que los políticos, liderados por los legisladores estadounidenses, W.C. Hawley y Reed Smoot, sacaron su ley Smoot-Hawley Tariff Act, que entorpeció el libre comercio y que inició un círculo vicioso de proteccionismos y de reducción en la actividad económica.
Añadido a este peligro de pánico económico que estamos viviendo, es que hace años que hemos estado intentando reactivar la actual ronda de comercio internacional, liderado por la Organización Mundial del Comercio (OMC), comenzada en 2001, en Doha, Qatar, (la Ronda de Doha). Con tanto boom desde 2001 y no podíamos llegar a un acuerdo.
Ahora nos dice el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, que no piensa convocar las reuniones de la OMC que tenía previsto para final de año.
Recientemente, hemos visto varios grupos en Latinoamérica y en Asia declarando publicamente su apoyo al comercio internacional.
Me suena que los países ricos continúan con su postura de siempre de no ceder en nada importante al mismo tiempo que piden aperturas inmediatas de los países pobres. Estos, correctamente, ya se han cansado de esta intransigencia del mundo rico y rechazan reunirse por reunirse.
Pascal Lamy llega al final de su mandato y este anuncio de retraso confirma una vez más mi conclusión en un artículo anterior hablando de que el Sr. Lamy quería cuatro años más.
Me parece que, con su mandato de cuatro años, el Sr. Lamy ha tenido su oportunidad y debemos encontrarnos a alguien nuevo para probar su suerte.
Espero que pronto será “hasta luego Sr. Lamy”.
Vía | Reuters
En El Blog Salmón | ¿Evitará el Nobel de Economía un Smoot-Hawley?
Más información | Nota de Prensa de la OMC (en inglés)