La industria automotriz mundial ha comenzado a sufrir el impacto del terremoto y tsunami que arrasó Japón hace 18 días en la que puede ser la primera gran industria afectada por el corte en la cadena de suministro, más allá de la situación naviera. Las fábricas japonesas son un engranaje central de esta industria por la confección de partes y piezas para empresas de todo el mundo. Y el cierre de la fábricas niponas provocado por el mayor terremoto y tsunami en mil años, unida a la situación de los puertos de Japón, amenaza con provocar un descanso obligado a los trabajadores de la industria de automoción de todo el mundo.
El terremoto y tsunami sufrido por Japón nos da cuenta de cuan vulnerable es la propia globalización. El corte de la cadena de suministro afecta desde los pigmentos de la pintura metalizada que se emplea en los automóviles, hasta los equipamientos de audio y los software electrónicos. Una parte importante de estos componentes se fabricaban en lugares que hoy han desaparecido producto de la catástrofe, o se mantienen cerrados mientras se evalúan los daños y las empresas reiventan el futuro. La caída de la industria automotriz se estima en un 30% mundial
Esta será la primera vez en la historia de la industria de automoción, en que muchas empresas se verán obligadas a cerrar temporalmente por la falta de partes y piezas de vehículos. El rol central que ocupa Japón en esta industria no es facilmente reemplazable en el corto plazo. A modo de ejemplo, Hitachi Automotive Systems suministra componentes a los fabricantes de automóviles tales como medidores de flujo de aire y controladores electrónicos. La empresa no sufrió mayores estragos con el seísmo del 11 de marzo, pero está sin agua, sin gas, y con frecuentes cortes de energía eléctrica.
La incertidumbre ha invadido a la industria de automoción: fabricantes, proveedores y distribuidores no saben exactamente qué tan fuerte son los efectos del desastre y durante cuánto tiempo habrá problemas. Algunos coches tienen 3.000 componentes diferentes, y algunos de estos componentes están formados por cientos de partes. Basta que uno de los elementos no esté presente para obligar a detener la producción. Y todos los criterios para la reducción de costes, como el Just in Time y el Kaizen, junto a la optimización de inventarios con bajos niveles de stock para crear cadenas de suministro más eficientes, no previeron una crisis de esta envergadura.
En El Blog Salmón | ¿Qué es el Just in Time?, La cadena de suministro global en problemas: navieras evitan puertos japoneses
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