La revista the Economist nos trae la situación de los mayores en Japón, país que mantiene un nivel fiscal exagerado y empeorando, como vimos en la tabla sobre la deuda pública de los países en un reciente artículo de mi compañero, Marco Antonio. Japón también es líder en el envejecimiento de su población y, como vemos en esta tabla, este envejecimiento continuará con la proyección de que cuatro de cada diez personas tendrá más de 65 años en 2055. Marco Antonio también habló de este desarrollo hace poco en estas páginas.
Este envejecimiento no es característico de Japón, aunque ellos son líderes mundiales, y se está viendo en otros países, ya que es característico de los países desarrollados, donde vemos dos impactos demográficos importantes, primero, la baja natalidad y, segundo, la longevidad. Estos dos elementos son los motores del envejecimiento de las poblaciones en los países ricos.
La longevidad tiene el impacto de alargar la vida de los jubilados, ya que la edad de retiro no está cambiando mucho y los años de vida han subido bastante. Ya he hablado sobre este tema hace mucho en estas páginas, con esta tabla que sale de un estudio del consultor Booz, Allen Hamilton.
Este tema es importante porque a la gran mayoría de nosotros nos gusta pensar que los jubilados tengan la posibilidad de vivir vidas largas y con crecientes ingresos para disfrutar de esa situación. El problema es cómo y quién pagará, en sistemas de pensiones donde los gastos de pensiones del año se pagan con los ingresos generados ese año y con poco o nada invertido en pensiones privadas. Aunque Japón seguirá como líder durante mucho tiempo, pensar que sólo cuatro de cada diez de la población esperará que los trabajadores paguen sus crecientes pensiones en el futuro es el triunfo de la esperanza sobre la realidad.
Otros países también tendrán que hacer frente a esta situación irreal y, si continuamos con el alto desempleo de los jóvenes, los trabajadores que en el futuro tendrán que hacer frente a estas crecientes demandas de pensiones, el reto es aún más agudo.
Ahora que estamos con cuentas públicas muy en números rojos, se está hablando de la edad de jubilación. Algunos hemos estado hablando de este tema mucho antes de que estallara la crisis. Cuando hay boom es más fácil introducir cambios aunque es mucho más difícil conseguir que te escuchen mientras la fiesta continúa. Algunos hemos hablado de la edad del retiro pero también del fomento de alternativas de ahorros y de inversiones para cuidar el futuro, temas todavía pendientes.
En estos momentos de lo que más se está hablando es de alargar la edad de jubilación pero, viendo el alto nivel de desempleo de los mayores, parece una discusión filosófica con poco impacto real. En España, menos de la mitad de los trabajadores de entre 55 y 65 años, es decir los últimos diez años de la vida laboral, están en trabajo estable. Hablar de alargar la edad de jubilación, por ejemplo, hasta los 67 años, impactará a muy pocos en realidad, ya que no todas las profesiones se verán impactadas y, hasta que no resolvamos la discriminación en contra de los mayores, muchos estarán en casa antes de tiempo igual.
Por otra parte, vemos el vínculo entre la riqueza y la reducción de la natalidad y yo digo a los muchos que quieren que los países pobres tengan menos crecimiento de su población la solución es fácil y segura, ayudar a hacerles ricos.
Vía | Economist (en inglés)
En El Blog Salmón | La reforma de las pensiones para marzo del 2011, el vídeo del día, Elevar la edad de jubilación sin modificarla y La fuerza laboral cada vez más mayor, ¿cómo tratarlo?