El Ministro de Hacienda y Administraciones públicas, Cristobal Montoro, ha confirmado una devaluación fiscal con una típica frase de no decir las cosas claras: “tenemos un IVA que se paga poco en comparación con otros países” y “estamos en un tránsito hacia una fiscalidad menor para el trabajo y mayor en el ámbito indirecto”. Es decir, está admitiendo que subirá el IVA y bajarán las cotizaciones sociales y/o IRPF.
¿Qué implica esto? Si tuviéramos moneda propia ya habríamos vivido una devaluación monetaria, las importaciones saldrían más caras y nuestros productos serían más baratos en el exterior. Como no podemos devaluar la moneda queda el recurso de la devaluación fiscal, subir el IVA para que las importaciones salgan más caras y bajar los impuestos al trabajo para que nuestros productos bajen de precio. Es una solución que lleva reclamándose desde hace tiempo para España pero este Gobierno hizo caso omiso al subir el IRPF en el primer Consejo de Ministros.
Ahora parece que la tempestad aprieta y a pesar de todas las campañas en contra de la subida de IVA que realizó el anterior Gobierno, rectifican. Lo curioso sería que bajaran el IRPF seis meses después de subirlo. Lo más seguro es que lo que se bajen sean las cotizaciones sociales, pero sin generar empleo la Seguridad Social entraría ahondaría su déficit rápidamente.
Desde luego el Gobierno tiene un encaje de bolillos muy complicado. La apuesta de la devaluación fiscal es la buena, pero ha ido dando bandazos desde que entró en el Gobierno. ¿Será la última ocurrencia o de verdad esto forma de un plan sólido? Tengo la impresión de que Europa ha tenido que forzar mucho a España para que tome medidas, impidiendo al BCE comprar deuda Española y permitiendo que la rentabilidad de esta se dispare.
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