El servicio de estudios del BBVA se ha hecho esa pregunta y analiza esta cuestión que también comentan en motorpasión. Se calcula que para el año 2050 se habrá triplicado el número de coches en el mundo. En cambio el petróleo algún día se acabará y su precio no para de subir. Ante esa situación es normal que nos acabemos planteando alternativas.
La primera alternativa es mejorar la eficiencia. La mejora de la eficiencia de los motores tradicionales. No obstante es un parche. Se llevan muchos años trabajando en mejorar la eficiencia de los vehículos y no soluciona completamente el problema. Se trata de una solución temporal. De momento el gobierno tienen intención de fomentar los vehículos más eficientes.
La segunda opción son los vehículos híbridos, algo que lleva tiempo funcionando. Los coches híbridos llevan tiempo circulando. No es raro ver vehículos híbridos circulando por las ciudades, algo que no nos hubiéramos imaginado hace diez años. El problema es que entramos exactamente en el mismo problema que antes, seguimos utilizando el combustible que utilizamos habitualmente. Podríamos hablar de vehículos híbridos que se enchufaran a la red eléctrica, pero entonces ya entraríamos en otra alternativa, los vehículos eléctricos.
Los coches eléctricos ya han demostrado que funcionan, no sólo con el experimento del EV-1, sino con la puesta a la venta del Tesla Roadster. En España es posible adquirir un coche eléctrico desde hace tiempo. No obstante los vehículos eléctricos tienen el problema de que la electricidad ha de obtenerse de algún modo, y de momento procede más de recursos no renovables que de energías renovables.
Otra opción son los biocombustibles, aunque no son tan ecológicos como pintan. Quemar comida para mover los coches en un mundo en el que parte de la población pasa hambre no es una buena idea. Aparte de que selvas tropicales acaban siendo arrasadas para tener espacio para los cultivos. A la hora de hablar de los biocombustibles no se suele tener e cuenta que existen otras alternativas para obtenerlos. También tienen la ventaja de que no habría que modificar demasiado los motores actuales para que funcionaran en los mismos.
También están disponibles los vehículos de hidrógeno. Al igual que los biocombustibles tienen la ventaja de que la infraestructura y mentalidad es similar a la actual. Los motores de hidrógenos son similares a los de gasolina. Además no es necesario talar nada. El problema que tiene es que para obtener hidrógeno es necesario obtener electricidad y emplearla para obtener hidrógeno por electrólisis. Dado que se desperdicia energía por el camino el estudio se inclina por los coches eléctricos.
El estudio, que se puede descargar aquí en formato PDF parece un tanto incompleto. Se olvida de los motores de aire comprimido, que también prometen. El fabricante indio TATA parece que apuesta fuertemente por ellos.
Tampoco comentan en el estudio los intereses que hay detrás de cada opción. Aquí hay una batalla por el futuro combustible como la hubo entre el Blu-Ray y el HD-DVD. Si hemos invertido en motores eléctricos estaremos interesados en que los coches eléctricos ganen la batalla. Toyota ha adelantado bastante, aunque sólo sea con los híbridos y General Motors demostró que era capaz de desarrollar un vehículo eléctrico. Por su parte los gobiernos obtienen fuertes ingresos con los impuestos sobre los hidrocarburos, por lo que les interesa un sistema mediante el cual puedan seguir obteniendo ingresos por el combustible de los automóviles. En ese sentido las empresas petroleras optarán por promocionar un sistema mediante el cual pudieran seguir produciendo combustible para automóviles. En ese sentido los coches de hidrógeno o impulsados por biocombustibles son más apropiados para mantener el sistema actual. En caso de que triunfaran los automóviles impulsados por hidrógeno, no significaría que los lobbies han triunfado, puede que el triunfo dependa también de las baterías de los coches eléctricos. Las baterías son muy caras y tardan en cargarse, por no hablar de que son bastante contaminantes.
En mi opinión no va a haber un solo triunfador, sino que será una mezcla de soluciones según las necesidades de cada consumidor. Puede que los taxis pasen a ser eléctricos y que las familias tengan un vehículo de hidrógeno para los viajes largos. También puede que los biocombustibles procedentes de las algas tomen el relevo. Incluso puede que sea otra tecnología la que impulse los vehículos en el futuro. Tampoco me extrañaría que empezáramos a ver híbridos que no se nos habían ocurrido, bioetanol y eléctrico o eléctrico e hidrógeno.
También hablan en: ActiBVA | Hidrógeno versus tecnología híbrida: ¿quién ganará la carrera? Motorpasión | Híbridos, eléctricos, biocarburantes e hidrógeno: ¿qué nos depara el futuro?
En El Blog Salmón | Los coches eléctricos toman posiciones