A veces los políticos se empeñan en el más difícil todavía. Pretenden hacernos tragar con ruedas de molino. Y lo cierto es que parecen conseguirlo con frecuencia. No se explica de otra manera que, a escasos días del cierre de la campaña sobre la Renta del 2006, y a la luz de la escandalosa noticia, los ciudadanos no hayan quemado a llamadas la centralita de la Diputación Foral de Vizcaya. Tres diputados forales (el equivalente a los consejeros en las Comunidades Autónomas) que cesaban en su cargo y abandonaban la Diputación han sido agraciados con un Rolex de 2.500 euros. Que lo disfruten, ya que al menos que yo sepa, no han tenido la vergüenza torera de renunciar a los mismos. Y es que los que defienden tal barrabasada tiene argumentos para todo.
Para empezar afirman que es una práctica consolidada en la institución. Les parecerá una excusa de categoría. Con eso son capaces de justificar desde la ablación del clítoris hasta el esclavismo. Es más, huele a corporativismo del malo que estas prácticas no hayan trascendido hasta hoy.
Sostienen que, en todo caso, es una actuación legal. Posiblemente lo sea, pero ética y estéticamente es bochornosa. ¿Dónde queda la dignidad que se espera de un cargo público? Creo que bastante tienen con el honor de haber servido a los ciudadanos y con otra serie de prebendas que detallaré a continuación.
Y por último, señalan que en otras instituciones también ocurre algo similar, por ejemplo con los regalos de Navidad. Es el clásico y tu más. Tienen razón, es igual de repugnante, lo hago el PP, el PSOE o el PNV.
Y es que nuestros políticos se suelen quejar de no estar bien remunerados, de que en la empresa privada ganarían más, de que se sacrifican mucho. Pues a la luz de los siguientes hechos no acabo de verlo: * Seguramente algunos ganen más en la empresa privada, pero sólo después de haber pasado por la esfera pública. No creo que ninguna multinacional contrate a un abogado laboralista o a un inspector de Hacienda como consejeros. Contratan abrepuertas y gestores de redes de contactos, y eso lo han conseguido gracias a su dedicación a la política, no a pesar de ella. * Mientras se cierne un futuro oscuro sobre el sistema público de pensiones muchos de ellos se adjudican la máxima con escasos 4 años de servicio. Justo lo contrario de lo que propugnan para los demás. Supongo que muchos trabajadores de la empresa privada desearían firmar esa posibilidad pero ya. * Pueden gozar de excedencias permanentes. * El absentismo de algunos es bochornoso. Además, dada la muerte del sistema parlamentario que suponen las listas cerradas y bloqueadas, en el fondo los ciudadanos no estamos pagando parlamentarios: Estamos retribuyendo a los funcionarios de los partidos. Y encima les agraciamos con Rolex o Televisores de plasma.
Señores políticos, pongan en hora sus relojes. No hagan fiestas privadas con el dinero del contribuyente.
Foto por Paparutzi.