Si ustedes creían que la invasión de Rusia en Ucrania no iba a tener consecuencias en la economía española estaban muy equivocados. Al aumento de los costes de la energía que va a conllevar, tensando más la inflación que ya sufrimos, hay que añadirle otra derivada: el turismo.
El turismo es una de las piedras angulares de la economía española y la pandemia lo ha dejado muy claro. Las restricciones a los viajes lastraron la economía española casi 20.000 millones de euros en 2020 ante la escasez de visitantes foráneos en nuestra tierra.
En 2021 se fue recuperando la situación, con un aumento del gasto del 76% (34.816 millones de euros) y un 64% más de visitantes, según los datos hechos públicos recientemente por el Gobierno. Por lo tanto, se esperaba que este 2022 fuera la explosión completa, ya con apenas medidas en vigor frente al COVID por la extensión de la vacunación.
Pero la guerra inesperada en Ucrania ha puesto en riesgo las buenas previsiones (Exceltur, la patronal turística, estimó el crecimiento en más del 50%). ¿Por qué? Porque precisamente el tercer país emisor de turistas a España es Rusia. Y no parece que los rusos vayan a tenerlo fácil para viajar este verano.
Los rusos, personas non gratas en el mundo
El pasado año, que ya sabemos que no fue de los más boyantes para el turismo, llegaron a nuestro país 134.000 turistas rusos, que se dejaron más de 220 millones, según datos del INE. No son muchos, pero por contra, son los europeos que más gastan en España.
Mientras que los británicos y franceses suelen buscar un turismo más de sol y playa con todo incluido, los rusos son turistas de alto impacto, pues de media cada uno gastó el año pasado en su estancia 1.700 euros. Incluso muchos de ellos ya tenían aquí su segunda residencia y hacen compras de lujo en las principales ciudades españolas. En 2019, el último año 'normal' vinieron 1,3 millones de rusos. Es decir, que si tomamos este ejercicio como referencia y esa media de 1.700 euros, hablamos de más de 2.000 millones de euros que España podría dejar de ingresar este año.
Porque ahora los rusos se enfrentan a una situación muy diferente. El rublo se ha devaluado casi un 30% como consecuencia de las sanciones económicas impuestas por la mayoría de países a Rusia. Sus bancos han sido expulsados del sistema SWIFT, lo que supone que las cuentas bancarias y tarjetas rusas no funcionan en la UE. Es decir, que tienen menos poder adquisitivo y no son admitidos sus pagos.
Pero, además, ha habido cerrojazo aéreo a las aerolíneas rusas, por lo que no es solo que no tengan para gastar, es que directamente no pueden venir. Justo cuando hace apenas unas semanas se habían aumentado las rutas que unen Rusia con España.
Por lo tanto, el golpe para el turismo puede ser duro. El Gobierno se ha puesto manos a la obra ya y espera paliar esta pérdida con viajeros procedentes de América Latina, pero no se sabe hasta qué punto puede esto ser suficiente.
Así, vemos como de nuevo se ponen palos en las ruedas de la recuperación económica. En un momento clave. Esperamos que la guerra acabe cuanto antes, por el bien de Ucrania y por el bien del mundo.