En mi último post os traía el experimento de la billetera perdida de Reader´s Digest, y os comentaba que iba a ser un post con punto y seguido. Ya advertía que como experimento era irrelevante, pero también que no me causaban extrañeza los resultados obtenidos en España. Y es que frente a lo que defienden algunos yo creo que sí, que sí nos representan, pero que no nos pagan.
El video Notodofilmfest con el que arranca este post puede parecer una boutade. Para algunos incluso una suerte de intento exculpatorio de nuestros políticos, embarrando el campo, y diciendo que todos somos iguales, igual de culpables. Desde luego no creo que todos seamos iguales, pero tampoco que esa clase política este ahí de casualidad, sin contar con un fuerte enganche con la sociedad que representa y gestiona.
Lo de la billetera es una bobería, claro está, pero cuadra con la impresión que tenemos muchos de que en este país (como en otros) no andamos sobrados de ética y de que hay una falta absoluta de respeto por la propiedad privada. Si por unos pocos dólares la gente se moja, sabiendo que va a quedar impune (ahí esta la clave), que se puede esperar de sus representantes políticos cuando el estímulo y la impunidad son mucho mayores?
¿Es algo nuevo la corrupción o los desmanes en el gasto público en la escena española? No ¿Han ganado gobiernos las elecciones con casos públicos o semipúblicos de corrupción? Si, y de todos los colores políticos. ¿Cuándo pierden las elecciones los corruptos? Cuando no comparten, cuando no pagan, cuando no involucran a a la mayor parte de grupos posibles en la piñata del gasto público, cuando no les hacen cómplices de ese robo llamado Estado Social. No es una cuestión de representación, es una cuestión de reparto del botín.
Cuando gritan que no nos representan lo que quieren decir realmente es que no nos pagan, con el dinero que previamente nos han obligado a soltar, lo que nosotros esperábamos. Es entonces, cuando nosotros no recibimos lo nuestro cuando descubrimos que son unos corruptos, que son una casta, que...Y los políticos que, no son tontos, saben perfectamente que su representación se basa, en buena medida, en satisfacer esa miriada de grupos de interés claves.
Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor (ideológico) salta por la ventana
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