Hace poco menos de un mes hablaba de si había que tomar al trabajador como un pasivo o un activo, dependiendo de la actitud para con ellos que tomase la empresa. Lo que sí defendía era, que el activo primordial de la empresa residía en el capital humano y que la representación del mismo era el talento, bien difícil de mantener, proclive a moverse con el mejor postor, y por eso, a la larga, el terminar siendo para la mentalidad del empresario, un pasivo. Entonces, ¿cómo hacer para retenerlo? ¿Cómo tratar esta situación en la sociedad de la información y de compartir conocimiento en la que vivimos? O más bien, ¿dónde y cómo encontrarlo?
Nos pueden ayudar las 20 tesis para el management 2.0, entendiendo lo que ahora mismo supone Internet en nuestras vidas, con otras opciones a tomar más allá del mero salario. Como hablamos de talento, apunto varias de sus reflexiones que reflejan el trato que se debe aplicar más allá de buscarlo fuera, sobre todo para retenerlo.
El problema no es que la gente no tenga talento, es que nos lo reservamos para nosotros mismos. El problema del talento, no es atraerlo ni retenerlo. El problema es que hace falta talento para reconocer el talento.
El talento se contagia. Personas que hace apenas unos meses sólo escribían por obligación, ahora leen y escriben blogs con fluidez. O aprenden fotografía, o mejoran sus dotes como diseñadores gráficos. El talento es menos escaso de lo que parece. Y es más fácil de despertar que nunca.
Los líderes 2.0 son profesores insistentes, no capataces intransigentes. Formadores que despiertan inquietud (motivan), recalcan con empeño los valores culturales de la empresa, y se hacen incondicionales de la regla, midiendo hasta la saciedad para proporcionar a sus pupilos la información que necesitan para la toma de decisión.
La aplicación del sentido común, en una sociedad empresarial que evoluciona hacia gente más preparada, o que necesita que se la reconozca. Son tesis referidas al talento, las que destaco, las otras 17 merecen la pena ser tenidas también en cuenta.
Vía | Abladías