En mitad de la polémica suscitada en nuestro país en torno a los recortes que está sufriendo la educación pública, la OCDE ha publicado hoy el informe Panorama de la Educación 2013, del que se desprenden interesantes conclusiones que merece la pena comentar cuidadosamente.
Una generación de jóvenes desperdiciada
Según el informe mencionado, el 24,4 % de los jóvenes españoles de 15 a 29 años son ni-nis, es decir, ni se encuentran trabajando, ni reciben ningún tipo de formación en la actualidad. Esta cifra no ha parado de aumentar desde que se inició la crisis económica en 2008, año en que alcanzaba "sólo" al 16,8 % de los jóvenes. Las conclusiones que podemos extraer de estos datos son principalmente dos: en primer lugar, el mercado laboral español es incapaz de absorber a los demandantes de empleo al ritmo necesario; y segundo, el sistema educativo español no está cumpliendo su principal función como integrador de personas en el ámbito laboral.
Como consecuencia, nos encontramos con una situación a la que ya dedicamos unas palabras hace algún tiempo: estamos ante una generación de jóvenes desperdiciada. De un lado, nos encontramos con una gran cantidad de jóvenes sobradamente preparados que no encuentran trabajo, y del otro, a otros tantos jóvenes sin cualificación alguna para los que no hay hueco en el mercado laboral.
Desempleo y educación están correlacionados
La imagen superior, que recoge las tasas de desempleo de personas de 25 a 64 años por nivel educativo y año, es claramente ilustrativa y muestra la fuerte relación existente entre estas dos variables: a mayor nivel educativo, menor riesgo de desempleo. Como vemos, la tasa de paro en España está por encima de la media de la OCDE en todos los niveles educativos.
Así, entre 2008 y 2011, la tasa de desempleo creció del 13,2 % al 26,4 % entre quienes sólo estudiaron la ESO (la media de la OCDE, del 8,8 % al 12,6 %), del 9,3 % al 19,2 % entre quienes tienen bachillerato o FP de grado medio (del 4,9 % al 7,3 % en la OCDE) y del 5,8 % al 11,6 % entre los titulados superiores (la media OCDE, del 3,3 % al 4,8 %).
La conclusión, por tanto, es inequívoca: las personas con menor formación educativa están más expuestas a quedarse desempleadas, mientras que aquellas con una formación académica más completa tienen mayores posibilidades de encontrar su hueco en el mercado laboral.
Además, lo mismo ocurre si nos fijamos en los ingresos: en el caso de España, las personas con estudios superiores llegan a ganar un 40 % más que los que sólo han cursado la ESO (el promedio de la OCDE es un 57 % más), quienes a su vez ganan un 20 % más que los que tienen una educación inferior (24 % en el caso de la OCDE).
Otros datos de interés
Grosso modo, otros datos interesantes referentes a nuestro país que podemos extraer del estudio de la OCDE son los siguientes:
Los programas de Formación Profesional aún están muy verdes en nuestro país y deberían utilizarse con más fuerza para implicar y recuperar a los adolescentes en riesgo de abandono escolar.
Sólo el 54 % de los adultos españoles tienen al menos la segunda etapa de la Educación Secundaria finalizada. Aunque nuestro país se encuentra en el vagón de cola de la OCDE en este sentido, la tendencia apunta a que se está produciendo una mejora educativa sustancial gracias a las nuevas generaciones.
Los gastos por alumno en España son muy parecidos a la media de la OCDE en todos los niveles educativos. Sin embargo, el gasto de nuestro país en instituciones educativas como porcentaje del PIB fue inferior a la media de la OCDE (5,6 % y 6,3 %, respectivamente).
En 2011, antes de los recortes del Gobierno en educación, los salarios de los profesores en España eran más altos que la media de la OCDE. Estos profesionales, además, tenían una carga de trabajo más concentrada que en la mayoría de los países de la OCDE.
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