Estados Unidos tiene muchas cosas buenas, pero una de ellas no es su esperanza de vida. La esperanza de vida de un ciudadano de Estados Unidos es de 79 años, mientras que la esperanza de vida media de un ciudadano de la OCDE (el “club de los países”) es de 81 años.
Además esto no siempre ha sido así, en 1979 la esperanza de vida de un ciudadano de EEUU era de 73,4 años, mientras que la media de la OCDE era de 72,4 años. Es decir, la esperanza de vida de un estadounidense no ha mejorado tanto como la del resto de países. Y eso que la OCDE incluye a países cuyo nivel económico es sensiblemente inferior al de EEUU, no hablo de Portugal o Grecia, sino de Turquía y México. ¿Qué está pasando?
Uno de los factores es que Estados Unidos tiene más muertes debido a armas de fuego, no sólo de asesinatos, sino también por suicidios. Pero también es cierto que en los Estados Unidos tiene otro factor en el que difiere fundamentalmente del resto de países de la OCDE: su sistema sanitario.
Los estadounidenses gastan más en salud, pero no obtienen mejores resultados
El país donde más se gasta en salud del mundo posiblemente sea Estados Unidos. En 2013 el país gastó más del 16% de su PIB en sanidad. Esto incluye el gasto público y el gasto privado, que suponen aproximadamente mitad y mitad del total del gasto, en números unos 9.400$ por habitante y año.
Además es un país que hace más esfuerzo en gasto sanitario que cualquier otro, Para que nos hagamos una idea, Canadá y Japón gastan algo más del del 10% de su PIB en sanidad, Francia, Nueva Zelanda y Alemania poco más del 11%, España, Italia, Australia y Reino Unido superan un poco el 9% de su PIB. Es decir, prácticamente todos los demás países desarrollados del mundo con un porcentaje menor de su PIB están obteniendo una sanidad equivalente o mejor a la de Estados Unidos
No es que aquellos que obtienen un servicio sanitario tengan un mal servicio, el problema está principalmente en que no todos tienen ese servicio. Alrededor del 11% de los estadounidenses no tienen ningún tipo de cobertura médica. EEUU es el único país de la OCDE que no ofrece un sistema de cobertura universal.
De hecho se espera que cuando Trump acabe de desmontar la Affordable Care Act (más conocida como Obamacare), aumentará el número de americanos no cubiertos. En 2013, antes del Obamacare los no cubiertos llegaron a alcanzar el 18%. Esto supone que millones de norteamericanos acaben sin tener cierto tipo de cobertura médica. Es decir, posiblemente el sistema sanitario de EEUU sea el que da el peor resultado para la cantidad de dinero empleado en el mismo del mundo.
Además no es que el gasto social de EEUU se dedique a otras cosas, ya que EEUU no tiene ciertas prestaciones que son comunes en otros países de la OCDE como baja maternal y días de enfermedad pagados. También gasta menos en prestaciones de desempleo, asistencia a la vivienda, educación de los primeros años (y sus niños empiezan la educación más tarde que en otros lugares). El resultado es que la desigualdad en EEUU es más alta que en otros países de la OCDE.
El sistema sanitario norteamericano
Ya que hemos visto que es extremadamente caro ¿cómo funciona el sistema sanitario de Estados Unidos? Empecemos por la parte pública, como hemos visto supone la mitad del gasto. Esto se debe a que el gobierno tiene varios programas de salud público. Con Medicare se cubren los gastos de los jubilados, con Medicaid se cubren los gastos de los pobres, con la Veterans Adminsitration Health Care se ofrecen hospitales a los miembros y exmiembros del ejército y existe un programa adicional para los niños de padres sin seguro. En la práctica esto hace que el estado se encargue de los tres grupos más caros de mantener: pobres, mayores y personas que han vuelto de la guerra.
Adicionalmente, los seguros médicos los suelen pagar los empleadores como parte del paquete retributivo, que además no pagan impuestos. Por este motivo muchos norteamericanos no saben cuánto cuesta su seguro médico. Esto hace que muchos no sean conscientes del coste del mismo. Las aseguradoras suelen cobrar fuertes primas a las empresas por asegurarles la plantilla. Esto es un problema para aquellas que tienen la plantilla más envejecida.
También sucede que los nuevos tratamientos, máquinas, etc no se evalúan sólo en una relación coste/beneficio, sino que un profesional sin escrúpulos puede querer aplicar tratamientos innecesarios siempre que pueda cargárselo al seguro (público o privado).
Por supuesto esto implica que las personas tengan pánico a perder su empleo, ya que pierden el seguro médico. Se pueden asegurar individualmente, pero suele ser bastante caro y las condiciones pre-existentes pueden suponer un problema para el asegurado.
También existen ciertas condiciones adicionales que hacen que su sistema médico sea tan caro. Al haber tantos posibles pagadores, los gastos administrativos se incrementan. También está que para acceder a las escuelas de medicina, sea necesario para los estudiantes obtener una titulación previa.
Una de las propuestas del presidente Trump es reformar el sistema sanitario de EEUU, no obstante, en un sistema que posiblemente une lo peor del sector público y del privado. Así que los cambios que haga, muy probablemente no vayan a solucionar nada en los próximos años en un sistema que posiblemente haya que rehacer de arriba abajo.
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Más información | Washington Post y CBS NEWS
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