Al leer las declaraciones de Francisco Ros, secretario de Estado de las Comunicaciones, afirmando que los 15 principales indicadores internacionales sobre telecomunicaciones tienen fallos de metodología y no actualizan los datos sobre España. Esa es la manera que tiene un político en España para indicar que no son correctos los informes, extranjeros claro que los españoles siempre aciertan, que indican que el acceso a Internet en España es caro y de mala calidad. Vamos que lo que fallan son las estadísticas y no la banda ancha en nuestro país.
Escuchar semejante reflexión, le deja a uno en tal nivel de perplejidad, que solo le ha faltado salir al ruedo vestido de torero, y soltar a voz en grito: "... y con un par, que así tiene más mérito". Y digo yo, el secretario, lo de señor hay que ganárselo, ¿no escucha la voz de la calle, ni a las agencias de consumidores, para saber cual es su sentir? ¿O es que las quejas de los usuarios respecto a la velocidad de las líneas de banda ancha son una mentira?
Claro, no hay brecha digital y ésta crece, y no valen los datos de la Comisión Europea ni de la OCDE, donde se indica que estamos por debajo de la media de este último organismo en cuanto a penetración, o que seamos el octavo país con el precio de línea ancha más caro, normal si vivimos con un sector en régimen de monopolio.
Pero resulta que los datos que maneja la propia comisión del mercado de las telecomunicaciones no son como para tirar cohetes, hasta tal punto que refrendan lo que es un secreto a voces e indican las estadísticas no válidas de los organismos oficiales extranjeros: los precios de Telefónica son muy caros en comparación con las de los grandes operadores extranjeros. ¿Qué solución plantea Francisco Ros? Cambiar lo que está mal de las estadísticas, desarrollando un método nuevo. Pues que queréis que os diga, me recuerda a cuando tienes que preparar un modelo en una hoja de cálculo, y tu jefe te pregunta, ¿cómo sale el modelo? Y uno responde, ¿qué quieres que te dé? La hoja de cálculo lo soporta todo. Pues así van a ser las nuevas estadísticas de Francisco Ros. Lo más parecido a un brindis al sol. Eso sí, no he podido evitar una sonora carcajada al oir sus palabras. Ni Gila lo hubiera dicho mejor.
Vía | El país