Al otro lado del mostrador es el blog del propietario de una pequeña tienda de ordenadores. Ha escrito un post bastante destacable sobre un bufete de abogados. Estos abogados son sus clientes y cambian el router para que su red les vaya más rápido. A partir de ahí encadenan una serie de problemas que les hace perder unas 20 horas de trabajo, tiempo que si le hubieran facturado hubieran ingresado 1500 euros. Aparte están los 400 euros que se gastaron en hardware. Al final acaban llamando al tendero, el cual les factura dos horas para arreglar el desaguisado y dos horas de electricista porque se les ocurrió tocar los cables. Todo esto no hubiera sido problemático si le hubieran comprado un cacharrito al tendero.
¿Qué tenemos aquí? Un a perdida de eficiencia y de productividad en la empresa. Más aún, una pérdida en los beneficios y en la calidad de vida, que también cuenta.
Los economistas llevan muchos años hablando de la ventaja comparativa, prácticamente podemos hablar de decenios hablando de la ventaja comparativa. Aunque los países lo empiezan a entender, parece que a muchas empresas todavía no les ha calado. En pocas palabras la ventaja comparativa dice “zapatero a tus zapatos”. Si alguien sabe sobre un tema, mejor que se dedique a ese tema, porque si se dedica a hacerlo todo no rendirá tanto como en aquello que se le da bien y que puede llevar a cabo de un modo mucho mas eficiente que todos los demás. Volviendo al refranero español, el que mucho abarca, poco aprieta.
Imagen de fdecomite