Normalmente cuando se ven las imágenes de Dubai, su exceso de lujo, sus rascacielos y sus desarrollos absurdos la gente piensa que lo que hay detrás es el petróleo. En realidad, el petróleo hace tiempo que es una parte relativamente pequeña de la economía de Dubai, que entre otras cosas es un hub regional de transportes, logísticas y finanzas.
El Dubai International Financial Center (o DIFC en corto) es parte de este éxito, de hecho se está convirtiendo en un centro financiero en la región y a nivel global bastante importante, a pesar de que sus características son desconocidas para el gran público. Alejado de los circuitos de noticias más habituales y sin los rascacielos más impresionantes del emirato, el Dubai International Financial Center muestra lo que Dubai quiere ser en el futuro.
¿Cómo atraer a las empresas?
Supongamos que quieres atraer las empresas a lo que en principio no deja de ser una ciudad estado en un rincón del golfo, ¿qué puedes ofrecer que tus vecinos no ofrezcan? La respuesta habitual suele ser impuestos bajos. Paraíso fiscal es lo primero que se nos viene a la cabeza. El DIFC no se queda atrás. Una empresa que se establezca en el DIFC tiene 40 años sin impuestos. Pero los impuestos bajos (o casi nulos) no es el único atractivo. De hecho, me atrevo a decir que no es siquiera su principal atractivo.
¿La estabilidad tal vez? Aunque los Emiratos Árabes Unidos ofrecen una mayor estabilidad que otros países de la zona (como por ejemplo Irán o Irak), no son el único país estable. En realidad lo que ofrece el DIFC es algo más difícil de encontrar, la ley.
El DIFC es una especie de estado dentro de un estado, teniendo su propio sistema legal propio copiado de Inglaterra y basado en Common Law. La legislación normal de los Emiratos Árabes Unidos no se aplica. En caso que la propia legislación del DIFC no sea suficiente, la legislación que se aplica es la del Reino Unido.
Es decir, en Dubai se pueden hacer negocios bajo una regulación legal equivalente a la de la City londinense y además sin pagar impuestos. Las normativas se publican en inglés y se busca que sean compatibles con las directivas de la UE (algo que empezará a ser un problema con el Brexit ya que puede que empiece a haber incoherencias entre legislaciones a partir de que el Reino Unido deje de estar obligado a cumplir la legislación europea) y con los estándares que fija la UE.
Además el poder legislativo no es sólo importado, en caso de que las cosas no vayan bien y haya que acudir a tribunales o a arbitraje, el DIFC tiene un sistema judicial propio independiente del resto de los EAU que complementa a la legislación. A golpe de talonario se traen expertos legales de lugares como Reino Unido, Australia o Singapur. Importar talento a base de talonario está en el ADN del surgir de Dubai, como vimos cuando analizamos Emirates y otras aerolíneas de oriente medio. La bolsa se llama NASDAQ Dubai, y está participada por el NASDAQ que conocemos de EEUU.
El imparable DIFC (o casi)
Uno de los objetivos del DIFC es aprovechar el crecimiento de las economías emergentes y el comercio entre ellas, lo que se viene a llamar el comercio: South-South. Es decir, entre los países que denominamos “emergentes”. No buscan tanto quitar cuota de mercado a los centros financieros tradicionales sino ser parte de un corredor financiero emergente equivalente al Nueva York-Londres-Singapur-Hong Kong-Tokio.
El DIFC fue establecido en 2004, y desde entonces no para de crecer atrayendo empresas de todo el mundo. En 2016 se Actualmente tiene más de 1.750 empresas registradas que tienen a más de 21.000 empleados. Sus objetivos para 2024 es alcanzar los 50.000 trabajadores. Es muy posible que lo consigan, para que nos hagamos una idea entre las empresas que entraron en 2015 estaban un banco coreano y otro nigeriano. Es decir, se dedican a atraer las finanzas de los países emergentes.
Es cierto que tienen competencia. De hecho, los centros financieros de oriente medio en Qatar, Abu Dhabi y Ryad se están preparando, pero posiblemente el movimiento previo de Dubai le proporcione una ventaja frente a sus competidores que, eso sí, cuentan con más dinero por parte de sus gobiernos procedentes del petróleo.
Además está la competencia de las nuevas Fintech, aunque Dubai ya está intentando atraer startups y empresas de software dentro de su territorio. Queda por ver si el DIFC conseguirá mantener su posición de ventaja o se verá superado por la competencia.
En El Blog Salmón | No, la reindustrialización no compensará los trabajos del turismo
Más información | DIFC, Reuters, The National
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Imagen | Bengin Ahmad