Como no podía ser de otra forma, la morosidad ha vuelto a crecer nada más y nada menos que un 11,23 % durante el mes de octubre. La cifra representa un nuevo máximo histórico y deja al descubierto las vergüenzas de los bancos españoles. Esta circunstancia se da en pleno proceso de reestructuración del sistema financiero y a escasos días del nacimiento oficial de Sareb.
Las cifras ofrecidas por el Banco de España datan en 189.618 millones de euros los créditos considerados dudosos de las entidades de crédito españolas. Como es lógico, el sector de la construcción es el más afectado de todos: la mora de las empresas vinculadas al ladrillo disparan los impagos de su sector al 26,4 %.
No se si se recuerdan cuando en el año 2006 la tasa de morosidad representaba solamente un 0,71 % del total de créditos. ¿Todo el mundo pagaba religiosamente sus deudas en aquellos años y hoy no? Lo cierto es que entonces había en el sistema de créditos 1,5 billones de euros prestado. Actualmente, la cartera de préstamos apenas se ha incrementado hasta los 1,68 billones de euros, lo que pone de manifiesto la contracción del crédito, pero ahora la tasa de morosidad representa un verdadero cáncer en el sistema financiero.
Lo más grave de todo es que nada hace pensar que la morosidad haya tocado techo, más bien al contrario. En los próximos meses la mora seguirá marcando nuevos récords porque es ahora cuando el sector financiero de nuestro país está enseñando la verdadera realidad del crédito en España. Las refinanciaciones sólo han servido para alargar la agonía y transmitir una sensación de falsa calma en el sector. El ladrillo ha hecho demasiado daño en nuestro país y ahora estamos sufriendo los efectos del pinchazo de una burbuja inmobiliaria histórica junto con el desapalancamiento financiero de la banca española.
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Imagen | Antonio Tajuelo