Corría el año 2011 cuando los grandes defensores de las políticas sociales y del Estado del Bienestar defendían a capa y espada el necesario endeudamiento en los mercados internacionales del Estado español para así poder hacer frente a cuantas más prestaciones mejor. El gran argumento que esgrimían no era otro que el “escaso” endeudamiento de nuestro país en comparación con nuestros homólogos europeos, que por entonces era de tan “sólo” el 68,5 % respecto al PIB.
Esta cifra mágica, dada en forma de porcentaje pudiera parecer pequeña, ya que tan sólo representa un poco más de la mitad de algo. Pero no nos engañemos, la cuantía real en euros era de cerca de 700.000 millones (700.000.000.000 euros, si le ponemos todos los ceros). Mientras tanto, la recaudación total del sector público por aquella época oscilaba alrededor de 300.000-350.000 millones de euros, por lo que sólo para pagar la deuda habría que haber destinado la totalidad de los ingresos obtenidos durante dos años a la misma, no gastar nada (fuera funcionarios, pensiones, prestaciones, etc) y no recurrir a más deuda.
Sin embargo, muchos dirán que el pasado es pasado, así que volvamos al presente: en el año 2012 el endeudamiento previsto era del 79,8 % del PIB. Esta cantidad recogía una serie de “partidas” que no iban a costar nada a los españoles y que tampoco incrementarían el déficit (ejem), como el fondo para pagar a los proveedores o la constitución del FROB para salvar a los pobres bancos.
Sin embargo, todo se complicó y según Montoro se quedaron un poco cortos en la previsión, de forma que el endeudamiento público durante el presente año llegará hasta el 85,3 % del PIB (ya por encima de la media del 85 % estimada de la UE de los 27).
Si difícil resultaba pagar la deuda en 2011, intereses a parte, ya ni hablamos del presente año. Pero lo mejor está por llegar: previsión para 2013, 90,3 % del PIB. Y ojo, que para llegar a esta cifra se considera que la emisión de deuda pública para financiar las necesidades de capital del sector financiero español serán de solo 40.000 millones de euros. Tendríamos que creernos que la estimación de Oliver Wyman sobre el agujero de la banca es cierta, a pesar de su dudoso método de cálculo, porque de no ser así y presentarse otro tipo de imprevistos, que se presentarán, la emisión de deuda (a precio de oro con la prima de riesgo por las nubes) podría dispararse, y con ello el endeudamiento público del 90,3 % del PIB parecería una broma.
Siendo optimistas (o insensatos, como prefiráis llamarlo) y creyéndonos que el endeudamiento del 90,3 % del PIB se cumplirá, ello significa que cuando acabe 2013 España deberá cerca de un billón de euros, lo que representa más del doble respecto a 2011. Y lo peor de todo es que el crecimiento del endeudamiento es exponencial y no conocemos receta alguna que a corto plazo nos permita subsistir internacionalmente sin recurrir a más deuda. Así que díganme, ¿siguen creyendo que en dos o tres años saldremos de rositas de la crisis?
Vía | La Información
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