Tal como señalamos en marzo, y pese a que fue desmentido en ese entonces por los líderes de la UE, Chipre fue el laboratorio para los rescates a la banca que de ahora en adelante se realizarán en la UE. Los ministros de Finanzas acordaron reglas para la reestructuración de la banca y el cierre de los bancos que están en bancarrota. Los costos correrán a cargo de los accionistas y grandes depositantes siguiendo el mismo mecanismo empleado en los bancos chipriotas, para evitar nuevos costos a los contrinuyentes.
El modus operandi de este mecanismo establece que los accionistas, acreedores y depositantes con más de 100.000 euros deberán ayudar a financiar el rescate a la banca en primer lugar. Solo después de que las pérdidas de estos grupos superen el 8% del total de los pasivos del banco rescatado, las autoridades nacionales podrán intervenir para proteger a los inversores recurriendo, con ciertas limitaciones, al fondo de rescate del Mecanismo Europeo de Estabilidad, específico para estos efectos y dotado con 500.000 millones de euros. El estallido de la crisis financiera en 2008 obligó a varios países a socorrer a los bancos al borde de la quiebra, llevándolos a aumentar la deuda pública en una forma que ha sido severamente cuestionada y malentendida. Muchos gobiernos lo hicieron en la esperanza de que las normas cambiarían y que se exigiría al sistema financiero tomar mayores precauciones contra los riesgos y prevenir los temblores del mercado provocados por pérdidas inesperadas de la excesiva toma de riesgos.
Como no hay manera de castigar a la banca y exigir que cubra las pérdidas, estas pérdidas deberán asumirlas los propios depositantes con el mismo mecanimso empleado en Chipre y que castigó los depósito con sobre 100.000 euros. Los ministros hicieron hincapié en que los depósitos con menos de 100.000 euros siempre estarán a salvo, mientras que las empresas pequeñas, las medianas empresas y los ahorradores más grandes sólo se verán afectados durante las quiebras bancarias más severas. Los depósitos menores a 100.000 euros estarán siempre garantizados. Estos confirma que a tres meses del rescate a Chipre, las palabras del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, fueron ciertas: el mecanismo del rescate a Chipre será el nuevo patrón que asumirá la UE para los problemas bancarios de la Eurozona.
La reducción de la banca es el primer paso al reordenamiento financiero que debe producirse en la Eurozona. Chipre, Irlandia y Malta tienen una banca equivalente a más de 7 veces el PiB de sus países, lo que es un buen negocio para los bankeros en los momentos de auge, pero que implica la ruina de los países en los momentos de crisis. El efecto riesgo que ostenta una banca demasiado grande para caer es crucial dado que en su caída puede arrastrar a un país completo como quedó demostrado en Chipre.
En El Blog Salmón | Chipre será el laboratorio europeo para la jibarización de la banca