Tanto en España como en el resto del Viejo Continente, desde los sectores más anti-europeístas se está enarbolando efusivamente las cifras del crecimiento del PIB que arroja la economía de las Islas Británicas desde que tuvo lugar el referéndum del Brexit. Efectivamente esas cifras "brutas" de crecimiento son evidentemente positivas para este tipo de argumentación, pero en las páginas salmón desde las que les escribimos estas líneas echamos en falta un análisis más detallado, antes de proclamar a los cuatro vientos que desmontar la Unión Europea es una política excepcional en términos económicos.
Como veremos con ustedes en el análisis de hoy, al menos en lo que a la economía se refiere, bajo las cifras más superficiales se esconde una realidad económica que apunta en la dirección diametralmente opuesta: el Brexit está ya dañando de forma importante a la economía británica, y lo que es peor, el daño económico no tiene visos de ralentizarse, sino en todo caso todo apunta a que profundizará las heridas que está abriendo en la economía más allá del Canal de la Mancha. Algunos sectores políticos británicos justifican con contundencia que, al cortar por lo sano con Bruselas, van recuperar su libertad e independencia. Si esa supuesta recuperación es algo que compensa a los problemas económicos que empiezan a anticipar algunos indicadores, ya es un tema político en el que no vamos a entrar, pero que conste que este medio ya viene advirtendo desde hace meses del potencial desastre económico que supone el Brexit.
Las cifras del crecimiento de UK aparentemente boyante
Gráfica de elaboración propia con series de datos de la Office for National Statistics
Las cifras de crecimiento que arroja la economía británica son contundentes, y contradicen lo que predecían la mayoría de los economistas que ocurriría tras una decisión favorable al Brexit. En el trimestre inmediatamente posterior a la votación, la economía de Reino Unido creció en esos tres meses a un sólido ritmo del 0,6%, según pueden leer en esta noticia del diario británico The Guardian. En la recta final del año, el ritmo de crecimiento del cuarto trimestre siguió fuerte, e incluso se incrementó hasta situarse en un 0,7%, como pueden leer en este enlace de The Independent.
Lo que la verdad esconde tras una interpretación más detallada
Pero tras la primera optimista y superficial interpretación de los datos, hay una segunda interpretación que no dibuja sino inquietantes perspectivas para el futuro que la economía de UK puede tener ante sí. En los próximos párrafos voy a exponerles las conclusiones que arrojan los datos de este artículo de Business Insider. Como pueden ver en las gráficas que adjunta, hay dos hechos clave que restan consistencia a los recientes incrementos del PIB de Reino Unido. Los datos son los siguientes.
En primer lugar, dos indicadores, el Indice de Gestores de Compras y el PIB, al contrario que ocurre en la inmensa mayoría de las series históricas, han mostrado tendencias divergentes ante el referéndum del Brexit. Dicho PMI, que usualmente hace las veces de indicador adelantado del PIB, venía anticipando una contracción del PIB en Reino Unido. No ha sido así hasta el momento en el tema del Brexit, y el hecho de que el PIB se haya mantenido robusto no ha hecho sino redoblar la euforia de los Brexiteers.
Pero no echen las campanas al vuelo tan rápidamente, hay otros factores que a juicio de un servidor muestran que este crecimiento tiene los pies de barro, y acabarían inclinando la balanza hacia un impacto económico negativo. Como dice el artículo del enlace anterior, no es que los británicos hayan vadeado el precipicio, sino es que pueden estar asomándose peligrosamente justo ante él. El principal dato que podría apuntar en esa dirección es que, mientras que el gasto de los hogares de UK ha seguido creciendo a tasas cercanas al 1.5% en el cuarto trimestre de 2016, no ha ocurrido así con los salarios, que han frenado casi en seco su crecimiento.
Indudablemente ello quiere decir que los últimos incrementos del PIB han tenido su origen, o bien en un incremento del endeudamiento, o bien en erosionado los ahorros de los consumidores británicos. Estarán de acuerdo en que, para la caldera del PIB, este tipo de combustible tiene una capacidad calorífica muy limitada. Este tipo de asimetrías han ocurrido otras veces en la historia económica reciente, pero las incertidumbre que se abren ante un evento de magnitud económica tan relevante como es el Brexit, son dignas al menos de un análisis como el presente.
Y más allá de los datos aportados por Business Insider
Pero, yendo todavía un poco más allá del análisis de Business Insider, he de hacerles notar que, como ya les advirtió un servidor en anteriores análisis hablando acerca de lo que nos esperaba tras el Brexit, la debilidad de la libra ha acabado pasando factura a la economía británica. Ello ha venido como consecuencia de que, lo quieran los británicos o no, su país ha sufrido un proceso de globalización que le ha interconectado mediante importaciones y exportaciones a otras economías, especialmente a las europeas.
El importe de esa factura que la debilidad del "pound" le ha pasado a las Islas Británicas se ha traducido en que, al haber bajado la cotización de la libra en los mercados internacionales de divisas, el precio de los productos que UK importa se han incrementado. Algunos dirán que en realidad la caída de la libra acabará incentivando las exportaciones y la producción interna. Pero esa regla funciona hasta cierto punto y en ciertos sectores y/o productos, porque no olviden que, en primer lugar, la Unión Europea es el principal socio comercial de Reino Unido, y es bastante probable que el Hard Brexit lleve a imponer importantes aranceles a las exportaciones británicas.
Tampoco olviden que, además, la globalización ha llevado a que Reino Unido haya dejado de tener tejido productivo en no pocos sectores, cuyo producto final ha pasado a importar de sus socios comerciales. Obviamente, que las importaciones de estos productos disparen su precio, incentiva a producir localmente, pero ¿Qué creen que será más rápido? ¿Que Reino Unido vuelva a desarrollar tejido productivo en tantos sectores actualmente importadores, o que se dispare la inflación por los precios de unos productos que a corto y medio plazo irremediablemente debe seguir importando del exterior? Volver a desarrollar tejido productivo local no es algo que vaya a poder conseguirse ni en 6 ni en 12 meses, ni tal vez en muchos más, y tengan en cuenta que la inflación es un monstruo de rápida evolución y devastadores efectos, y sobre todo: es una bestia que cuando se desmanda es mucho más difícil de volver a meter en vereda.
Gráfica de elaboración propia con series de datos de la Office for National Statistics
Un claro ejemplo de los contundentes efectos de esta importación de inflación, que está ocurriendo a día de hoy, lo tienen en cómo la misma Apple incrementó recientemente el precio de las aplicaciones de la AppStore de UK en nada más y nada menos que un abultado 25%, como pueden leer en esta noticia de un medio británico. Pero no crean que voy a llegar a conclusiones tan relevantes tan sólo con un caso que podría ser aislado; de hecho no lo es. Como pueden observar en la gráfica que he elaborado, la inflación de UK ha repuntado fuertemente desde que se celebrara el referéndum del Brexit. Con ello tienen la demostración de que lo que les decía es cierto, y que la devaluación de la libra ha traído de la mano importar inflación a raudales en comparación con el escenario pre-referéndum.
Aún hay más, pues me veo en la obligación de recordarles que, aunque algunos puede que estén lanzando las campanas al vuelo hoy por hoy, el corto (y en parte el medio) plazo en economía es más bien fútil y sujeto a volátiles vaivenes. Pero es que además los verdaderos efectos finales del Brexit realmente es imposible que podamos estar viéndolos ya a día de hoy como enarbolan los anti-europeístas, básicamente porque el Brexit aún no ha tenido lugar. Actualmente lo que ha ocurrido es que simplemente se ha decidido que se iba a consumar el divorcio, con lo que lo único que la macroeconomía puede estar cotizando ahora mismo son las expectativas generadas por el Brexit. Y ya saben ustedes cuántas veces, a lo largo de la Historia económica reciente, las expectativas económicas han resultado ser simplemente un cuento de la lechera que ha acabado por defraudar a los que las albergan.
Tengan en mente que, según las cifras anteriores, el desempeño económico británico más reciente parece más bien deberse a los efectos de una nueva ronda de deuda a la salud del Brexit, eso sí, con el vaso de pinta lleno de la euforía que el nacionalismo económico suele provocar; además es una ronda que corre por cuenta de los de siempre. Y no olviden que, tras toda fiesta, nunca falta la dolorosa resaca, y el cóctel británico mezcla demasiados ingredientes que probablemente harán que dicha resaca acabe siendo de epopeya.
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