El vídeo de Moi Camacho ¿Y si el rescate a la banca ha sido un rescate ciudadano?
El rescate bancario y los 60.000 millones de euros que el Banco de España considera que se van a perder están dando mucho de que hablar. Lo último que circula es un vídeo de Moi Camacho con más de tres millones de reproducciones que rebosa de indignación.
Y en parte esta indignación es muy buena. Los ciudadanos debemos ser conscientes de en qué se emplea el dinero público y ser muy críticos con actuaciones negligentes. Pero por otro lado hay que ver el por qué de los rescates y qué podría haber pasado si no se hubieran efectuado.
La alternativa a los rescates
¿Cuál es la alternativa a un rescate con dinero público? Pues hemos visto un caso reciente, con la absorción del Popular por parte del Santander: todos los accionistas y bonistas han pedido su dinero. Pero había más: el Santander ha tenido que poner 7.000 millones de euros más para tapar agujeros. Si nadie hubiera acudido con el dinero el Popular habría quebrado (ya sea por falta de solvencia o de liquidez, eso está por ver) y el agua habría llegado a los depositantes.
Los primeros afectados habrían sido los depositantes con más de 100.000 euros. Puede parecer mucho, pero es un efecto dominó: las empresas acumulan saldos superiores, por ejemplo para pagar nóminas. Y esto podría haber creado una ola de impagos en cadena que habría dejado a mucha gente sin cobrar sueldo y seguramente sin empleo a las pocas semanas. Chipre es un buen ejemplo.
Por otro lado si el agujero es más grande incluso los depositantes de menos de 100.000 euros podrían perder dinero. La alternativa es que el Estado acuda con dinero para impedir dicha situación y estamos en las mismas: dinero público para tapar agujeros.
Además ante la quiebra de un banco se producen quiebras en cadena: la gente entra en pánico y retira sus ahorros. Y esto puede acabar afectando incluso a bancos solventes que nunca están preparados para una espiral de retiradas de depósitos. Un desastre.
El caso español frente a otros países
En el caso español el Estado ha perdido dinero, mucho dinero, con los rescates bancarios. Pero hay que mirar la experiencia de otros países también. En Holanda, por ejemplo, los rescates le han salido muy rentables al Estado, recuperando el dinero y ha ganado 3.500 millones de euros. En EEUU también han recuperado el dinero y ganado 84.000 millones de dólares.
Por tanto, aunque nos indignemos como en el vídeo, lo de que los bancos no devuelven el dinero prestado cuando les van mal las cosas no es del todo cierto. Solo si van muy mal. Y en España fueron muy mal.
Quizá el caso español era irrecuperable debido a que la crisis no era solo la subprime americana sino una burbuja de crédito local (debido a la construcción) y ante ambas cosas no se podía hacer nada. Quizá fue un simple problema de una banca pública muy mal gestionada por los políticos (no olvidemos que de momento no ha ido ni un euro de dinero público a una entidad privada). O quizá debería haberse inyectado dinero público en el sector al comienzo de la crisis: no olvidemos que los primeros rescates en España se hicieron en 2010, cuando en otros países llevaban dos años haciéndolo.
El verdadero problema: la responsabilidad política y responsabilidad de los directivos
El rescate bancario fue un rescate ciudadano. Se impidió que la gente perdiera su dinero, que las empresas quebraran, que la gente perdiera (aún más) su empleo. Otro tema es que no haya habido suficientes consecuencias.
Consecuencias por la mala gestión de nuestros políticos que no vieron que había inyectar dinero público (y por tanto seguridad en el sistema) antes. Mala gestión por fusionar bancos podridos en lugar de presionar para que los bancos sanos asumieran pérdidas con ampliaciones de capital apoyadas con dinero público. Y mala gestión por mentir a los ciudadanos, tantas veces, diciendo que el dinero empleado tarde se iba a recuperar.
Y por otro lado tenemos las responsabilidades de los directivos de las cajas mal gestionadas. Una gestión mala puede ser casual, un fallo de las predicciones de riesgos. Pero cuando hemos visto que muchas decisiones eran simplemente políticas la cosa cambia, hay responsabilidad penal. Pero también es cierto que estamos viendo circular a banqueros por los tribunales. Esperemos que, efectivamente, haya consecuencias. Porque a las entidades no se las puede encarcelar por quemar de forma negligente dinero público, pero a las personas sí.