Hoy vamos a ver una acción de marketing bastante compleja dado que una cadena de zapaterías gaditana sortea tres puestos de trabajo durante tres meses a los compradores que hayan realizado una compra mínima de 12 euros en zapatos o bolsos en el establecimiento.
Los contratos de trabajo que se ofrecen son de tres meses y no se especifica por ninguna parte ni la jornada laboral, ni la localidad, ni el salario ni la fecha de contratación(*). Como vemos, esto es la máxima perversión del marketing creativo a todos los niveles y que tiene su puntito de morbo lo miremos por donde lo miremos. En primer lugar, por el margen teórico de la operación con un retorno del 100% y en segundo, por la inexistencia de bases depositadas por ningún lado, al menos que yo haya podido localizar a día de hoy.
Partiendo de la base de una venta media de 18 euros, (12 euros unos zapatos son difíciles de encontrar), nos encontramos con la emisión de 10.000 papeletas (se juega con cuatro cifras) que podrían suponer una venta de 180.000 euros. Supongamos que el margen comercial de la zapatería ronda el 80% por lo que el margen bruto de las ventas con un éxito brutal sería de unos 80.000 euros.
Haciendo una visual rápida a los convenios colectivos de comercios al por menor de la provincia de Cádiz, el coste laboral por cada persona contratada, ronda los 5.500 euros por los tres meses (siendo generoso en todos los costes asociados), por lo que el punto de equilibrio del sorteo se fija aproximadamente en unas 2060 ventas a una media de 18 euros con un margen bruto del 80%.
Es decir, vendiendo un 20% del total de las papeletas (o unos 37.000 euros PVP), este hombre va a conseguir aumentar sustancialmente sus márgenes empleando a tres personas a futuro. El caso es que el aumento de ventas previstas con base en el sorteo no coincide con las fechas de contratación por lo que cuanto menos, se supone que este hombre tiene infraestructura suficiente para cubrir un aumento de ventas en sus tiendas y pone en entredicho que realmente necesite emplear a tres personas.
La otra lectura es que, en primavera/verano a estas tiendas le aumenten bastante los clientes y lo que son contrataciones habituales de temporada, se vistan del marketing del paro para lanzar las ventas durante el otoño/invierno. Como siempre, en el trasfondo de la operación, nos encontramos con el debate sobre los sorteos y los premios que se entregan y la hipotética instrumentalización de los parados para recibir un beneficio.
Al fin y al cabo, cada cual es libre de comprar donde quiera y libre de participar en los sorteos que le parezca, aunque es muy posible que no a todos les parezca bien la iniciativa. Para los puristas de la ética y los negocios, os recuerdo que no es la primera vez que se monta un concurso o sorteo para un puesto de trabajo y que los que salen por la TV no fueron criticados por este motivo. ¿Opiniones sobre la acción comercial?
(*) He intentado ponerme en contacto con el promotor de la idea, Miguel Lobato para obtener más información, pero me ha sido imposible contactar con él y aclarar también la autorización administrativa para dicho sorteo, si existe o no.
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