El Consejo de Ministros de hoy ha aprobado, tal y como adelantó ayer Mariano Rajoy, la prórroga del Plan Prepara hasta que la tasa de desempleo caiga por debajo del 20 %. De esta forma, esta ayuda dirigida a los desempleados que cumplan una serie de requisitos se prorrogará automáticamente cada seis meses hasta que se alcance el nivel de actividad citado.
Debemos recordar que este subsidio se modificó ligeramente en algunos de sus términos el pasado mes de agosto. La ayuda se destinó entonces exclusivamente a parados de larga duración y se incrementó de 400 a 450 euros para los parados que acreditasen tres o más personas a su cargo. Del mismo modo, se introdujo una limitación de la renta familiar si existían ascendientes con ingresos por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) bajo el mismo techo, circunstancia que por ejemplo, podía dejar fuera del subsidio a un joven desempleado que viviera con sus padres si estos tenían ingresos. Con 5.965.400 parados y una tasa de desempleo del 26,02 %, según los últimos datos de la EPA, imagino que el temor del Gobierno a la crispación social que podría provocar la desaparición de este subsidio ha sido motivo más que suficiente para prorrogar esta ayuda. No en vano, el Ejecutivo estima que el pasado año unas 300.000 personas subsistieron gracias a este apoyo económico y que la cifra de este año podría ser muy similar.
No obstante, tal y como ya he defendido en otras ocasiones, no debemos olvidarnos del componente de reinserción laboral que está implícito en esta ayuda. El fin del Pan Prepara no es otro que los desempleados que lo perciban reciban algún tipo de formación personalizada que les permita reincorporarse al mundo laboral. Los datos, sin embargo, demuestran que el porcentaje de parados que se benefician de esta ayuda que logra encontrar trabajo gracias al plan es irrisorio.
Ante este panorama, la conveniencia o no de mantener esta ayuda a los desempleados podría plantearnos un dilema moral. De un lado, eliminarla supone dejar sin ingresos a miles de familias para las cuales el Plan Prepara es su única fuente de ingresos. Sin embargo, España es el país europeo donde más tiempo se pueden encadenar subsidios, lo cual podría provocar desinterés y acomodo por parte de sus receptores en la búsqueda de empleo. ¿Qué lado de la balanza pesa más?
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