Valeriano Gómez ha calificado de obscenos los salarios altos y aboga abiertamente por la regulación de los salarios en su parte superior. Según el propio ministro (ver vídeo), los salarios altos son obscenos, fundamentalmente a nivel de los ejecutivos, dado que ha realizado la comparación entre los trabajadores de la empresa y las retribuciones que perciben los asalariados. Esta obscenidad, la ha encadenado con la moderación salarial, por lo que las soluciones pasan por incrementar la tributación a los salarios altos e incluso regular los techos salariales.
Pero claro, siempre que hablamos de este tipo de asuntos, es importante poner en perspectiva la obscenidad salarial y señalar directamente con el dedo a qué baremo salarial nos estamos refiriendo, porqué es obsceno cobrar mucho y cómo se piensa regular este tipo de asuntos. En primer lugar, partiendo del más alto grado de obscenidad salarial, más de 600.000 euros anuales por ejemplo, sólo tenemos 5.290 trabajadores que cobran por encima de esta cuantía en el año 2009. Oh sorpresa que nos dan las estadísticas tributarias.
Ahora pensemos un poco sobre quiénes serán estos 5.290 afortunados. Evidentemente, están los ejecutivos de las grandes compañías que tengan su domicilio fiscal en España, pero también nos vamos a encontrar a deportistas de primer nivel, artistas y otros personajes de la farándula variopinta que ingresen una parte por rendimientos del trabajo (no incluir la cesión de derechos de imagen, no va aquí). Sea como sea, 5.290 trabajadores, porque son eso, cobren lo cobren, no son los que dinamitan la estructura salarial de un país, más aún cuando dichos sueldos se pagan fundamentalmente desde el sector privado. Otro cantar es el caso de ejecutivos de cajas intervenidas, que ya le dedicaré un post más adelante.
Sin perder el hilo del discurso del ministro, me atrevo a pensar que el Sr. Gómez busca la obscenidad salarial en una escala inferior, porque 5.290 trabajadores son una gota de agua en el océano. Obviamente, las siguientes escalas salariales nos llevan a un baremo suculento, entre 150.000 euros y 600.000 euros, en la que nos encontramos 65.800 trabajadores o supongamos, que incluso el Ministro se halla inmerso en un proceso de recato mental y puritanismo y que dicha obscenida se ha trasladado a la horquilla de más de 60.000 euros. Oh sorpresa, que entre 60.000 euros y 150.000 euros de salario anual nos encontramos a casi 600.000 trabajadores.
Y ya llegamos al meollo de la cuestión. En España, sólo 600.000 trabajadores cobran un salario entre 60.000 y 150.000 euros, salario que ya paga un 43% de IRPF por el lado más corto, salarios que son de gente altamente cualificada (eliminemos de esta banda a los políticos que no merecen tal adjetivo y la mayoría se encuentran ahí) y que es gente que si cobra en ese intervalo, su valía y valor añadido para la empresa es muy superior.
A fin de cuentas, si atacamos más aún a la excelencia en el trabajo, a la cualificación de alto nivel, a los profesionales que persiguen mejorar día a día en su profesión, vamos a destruir la parte más alta de la pirámide productiva. Todo sea en aras de la moderación salarial, cuando éste extremo, es altamente discutible.
Una pista, si yo tengo un profesional en mi empresa que me reporta un valor añadido de 10 y mejora continuamente los procesos para aumentar dicho valor, no tendré ningún problema en aumentar su retribución. Por contra, si desincentivamos a ese núcleo de 600.000 trabajadores altamente cualificados, no vamos a conseguir una mejora directa a ningún nivel. En fín, la obscenidad salarial del ministro está fuertemente reñida con la lógica, salvo que ahora impere más el populismo que el sentido común.
Y por último, un recordatorio Constitucional para el ministro. La línea que separa progresividad e impuestos confiscatorios, en el caso de rendimientos del trabajo, anda muy cerca, con lo que esa subida de impuestos tiene un límite muy próximo
Más Información | AEAT – Estadísticas Tributarias
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