Hace poco advertimos que, cuando llegue el momento de decisión de la compra de Opel, la parte europea del fabricante estadounidense de automóviles, General Motors, terminará en un regateo nacionalista sobre puestos de trabajo.
Esto es lo que estamos viendo en estos momentos.
El gobierno alemán ya ha anunció su lista de condiciones que tendrán en cuenta para medir las ofertas que recibirán por Opel y acaban e volver a los dos postores pidiendo más concesiones.
Por otra parte, los otros gobiernos participando en este proceso, los británicos protegiendo los intereses de Vauxhall y los suecos los de Saab. El goberno británico ya ha dicho que no contempla el cierre de ninguna de sus plantas y el gobierno sueco ha decidido tomar riendas directamente y está organizando su venta ellos mismos.
Fiat también ha presentado una oferta para comprar Saab.
Todas estas negociaciones están forzando a los postores a prometer mucho para conseguir la decisión positiva y llevarse los negocios en venta.
Después de eso, tendrán que hacer la operación rentable y, en ese momento, tendrán que tomar las decisiones difíciles de reestructuración.
Peligran las instalaciones y los puestos de trabajo en los países que no han recibido las promesas y los compromisos que ahora se están sacando.
Ya lo advertí, ahora lo estamos viendo.
Vía | Financial Times y BBC News (los dos en inglés)
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