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El grupo parlamentario Podemos y sus confluencias han presentado la Proposición no de Ley relativa a la regulación de las prácticas en empresa y las condiciones laborales de los becarios. Las medidas propuestas en la Proposición no de ley son las siguientes:
1) Suprimir las llamadas "prácticas no laborales en empresas" permitiendo a los jóvenes su incorporación al puesto de trabajo fuera del marco del derecho laboral y desincentivando la contratación mediante las formas habituales de contratación recogidos en la legislación laboral.
2) Modificar el Real Decreto 592/2014, para eliminar las prácticas extracurriculares, que son utilizadas por los empresarios para no aplicar el derecho laboral y para reformar las prácticas curriculares. Recogiendo los siguientes mínimos en el ámbito de condiciones laborales:
- Límite anual de 500 horas, no superando en ningún caso las 6 horas diarias.
- Remuneración económica obligatoria a los becarios por parte de las empresas que, al menos, sea igual al Salario Mínimo interprofesional.
- Limitar a uno el número de convenios por cada plan de estudios.
- Limitar el número de becarios a un máximo del 5% del total de la plantilla de la empresa o, en aquellas que cuenten con menos de 10 trabajadores, a una sola persona.
- Garantizar la rotación de los becarios entre los diferentes puestos de la empresa que se correspondan con su titulación.
3) Promover una normativa que fomente la contratación de los becarios tras el periodo de práctica.
4) Ampliar a los estudiantes universitarios y de Formación Profesional que hayan superado al menos la mitad del plan de estudios la posibilidad de participar de “contratos en prácticas”.
5) Reglamentar y dotar de medios a la administración para la creación de un sistema estadístico que permita monitorear las condiciones de los convenios de prácticas en empresas y el número real de becarios existentes.
El problema real no son los becarios sino la dualidad del mercado laboral
En primer lugar, la pregunta que debería hacerse Podemos es por qué en el mercado laboral tenemos figuras tan "ultra-precarizadas" como bien puedan ser los becarios mencionados en la Propuesta no de ley pero sin olvidarnos de los trabajadores con contratos temporales que algunos duran semanas, otros días y otros incluso horas.
La razón que subyace a esta precariedad se encuentra en cómo se ha entendido el mercado laboral en la últimos años que ha propiciado un desempleo estructural del 17%. El mercado laboral se ha entendido de modo dual, con una figura prácticamente blindada con el contrato indefinido frente al despido, por lo que otros participantes con contratos temporales o becarios han soportado todo el peso para dar flexibilidad el mercado laboral.
De hecho, desde 2007 hasta 2014 quién ha sufrido la crisis en sus carnes han sido todos aquellos trabajadores que no fueran indefinidos. Mientras que con la crisis el número de contratos indefinidos ha caído un 5%, el número de trabajadores con contrato temporal se han derrumbado en más de un 40% hasta el año 2013.
¿Qué sucedería al entrar en vigor la propuesta de Podemos?
Sin lugar a dudas se viven verdaderos dramas en el entorno de los becarios. Incluso supuestos extremos en el que el becario pudiera verse obligado a seguir estudiando cursos para no salirse del convenio entre Universidad-Empresa, y continuar trabajando.
No obstante, como hemos visto, la flexibilidad laboral que necesitan las empresas ha sido soportada por las figuras laborales "no indefinidas", constituyendo un problema de eficiencia asignativa laboral que ha recaído especialmente en los jóvenes.
En la propuesta de Podemos, que puede sonar elegante, vemos medidas que atacan directamente a la flexibilidad laboral del colectivo de becarios como puedan ser el límite de 6 horas diarias y la remuneración al mismo nivel que el SMI que para el 2016 está establecido en los 655,20 euros.
No obstante, si finalmente esta propuesta de Podemos viera la luz (manteniendo la figura indefinida como la conocemos), veríamos en primer lugar una disminución drástica de los convenios Universidad-Empresa, ya que no responderían a las necesidades empresariales a nivel de flexibilidad pero tampoco a nivel de productividad por el SMI y el resto de costes laborales. Al mismo tiempo, la flexibilidad no desaparece sino que forzosamente se trasladaría a los ya "ultra-precarizados" contratos temporales.
Muchos podrían pensar que para recortar las diferencias contractuales en materia de despido entre indefinidos y el resto de contratos, lo mejor sería incrementar la indemnización de los temporales, en última instancia. Ese planteamiento tiene un error, los contratos temporales son siempre de menor duración por lo que, en términos generales, siempre será más barato despedir un temporal que un fijo sin importar la valía del trabajador.