La inflación no ha sido un verdadero problema en la historia reciente de los países desarrollados. Las autoridades monetarias no han tenido que enfrentarse con un problema de inflación y por ello, en las últimas décadas se ha protagonizado una bajada generalizada de tipos de interés.
Vimos un incremento de precios generalizado alrededor del 10% anual en los años setenta y ochenta, las tasas de inflación mundial cayeron a un promedio cercano al 5% en los noventa en los países ricos de la OCDE, al 3% en la década de 2000 y al 2% en el decenio hasta 2010. Desde ese momento, han predominado los tipos de interés próximos al 0% en gran parte de los países occidentales, salvo Estados Unidos, por las nulas tensiones inflacionistas y han creado billones de dólares, euros y yenes, sin consecuencias para la inflación.
Sin embargo, como hemos comentado recientemente, algunas materias primas están subiendo de forma pronunciada y se están poniendo las bases para dar comienzo a un nuevo superciclo en materias primas que tenderá a tensionar los precios. No obstante y por ahora, los productos acabados no han estado sujetos a presiones alcistas generalizadas de los costes pero, si regresa la inflación, hay que estar preparados.
Activos inmobiliarios: las rentas se ajustan con la inflación
Los inmuebles nos brindan una protección natural contra la inflación. Los alquileres y los valores inmobiliarios tienden a aumentar cuando lo hacen los precios porque proporciona un flujo confiable de ingresos incluso durante períodos inflacionarios debido a que los contratos tienden a actualizar las rentas según el avance de los precios.
No es necesario poseer grandes saldos para tomar posiciones en el mercado inmobiliario. En España tenemos las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (SOCIMI).
Se caracterizan por estar sometidas a un régimen fiscal ventajoso respecto a otras empresas o vehículos de inversión. De hecho, se alcanza un impuesto de sociedades del 0%, aunque no pueden compensarse las bases imponibles negativas. Y un gravamen del 19% sobre el importe íntegro de dividendos o participaciones en beneficios distribuidos a los socios cuando la participación en el capital social de la entidad sea igual o superior al 5% y dichos dividendos, en sede de sus socios, estén exentos o tributen a un tipo inferior al 10%.
Además, están exentos del 95% los tributos vinculados con la compra de viviendas, como el impuesto de transmisiones patrimoniales o el de actos jurídicos documentados.
A cambio de estos beneficios, una SOCIMI debe cumplir una serie de requisitos. Capital social mínimo de 5 millones de euros, al menos un 80% de sus activos inmobiliarios, que deben mantener en cartera un mínimo de tres años, han de estar en alquiler. Están obligadas a salir a bolsa a los 24 meses de constituirse. Y tienen que distribuir, al menos, un 80% de sus beneficios vía dividendo para los accionistas, que son los que tributan en la declaración de la renta.
El oro: ideal en etapas de inflación desatada
El oro ha ganado la reputación de ser un excelente activo para protegerse contra la inflación. Lo cierto es que está vinculación es exagerada debido a que únicamente funciona correctamente en etapas de shocks inflacionistas como el visto en la década de los años setenta.
A medida que la inflación al consumidor en Estados Unidos subió a casi un 15% a principios de 1980, el oro mantuvo sobradamente el pulso,después de un aumento de quince veces durante la década anterior.
En contraposición, cuando la inflación volvió a subir a finales de la década de los años ochenta el resultado no fue el mismo. Pasó del 1% a al finalizar el 1986 a más del 6% en 1990, pero el oro se hundió.
TIPS: los bonos que funcionan en etapas inflacionistas
Los bonos protegidos contra la inflación o TIPS por sus siglas en inglés son un tipo de activos de renta fija útiles para proteger a los inversores de una disminución en el poder adquisitivo de su dinero. A medida que aumenta la inflación, los TIPS ajustan el precio para mantener su valor real.
Los TIPS son importantes porque ayudan a combatir el riesgo de inflación que erosiona la rentabilidad de los bonos de renta fija. El riesgo de inflación es un problema porque el cupón que se paga por la mayoría de los bonos es fijo durante la vida del bono. Como resultado, es posible que los pagos de intereses del bono no se mantengan al día con la inflación. Por ejemplo, si los precios suben un 3% y el bono de un inversor paga un 2%, el inversor tiene una pérdida neta en términos reales.
Los TIPS están diseñados para proteger a los inversores de los efectos adversos del aumento de los precios durante la vida del bono. El valor nominal (principal) aumenta con la inflación y disminuye con la deflación, según lo mide el IPC. Cuando los TIPS vencen, a los tenedores de bonos se les paga el principal ajustado por inflación o el principal original, el que sea mayor.
Funcionan del siguiente modo. Si invertimos 10.000 euros en TIPS con un rendimiento del 1%, obtendríamos 100 euros en el primer cupón, pero si la inflación subiera a un 5% se ajusta el capital, elevándose a los 10.500 euros, la rentabilidad sería la misma sobre el importe del bono (1%), por lo que el cupón se ajustaría hasta los 105 euros.
Materias primas: invirtiendo en el catalizador de los precios
Las materias primas son una categoría amplia que incluye un mix amplio: granos, metales preciosos, electricidad, petróleo, carne de res, jugo de naranja y gas natural, así como monedas extranjeras, emisiones y ciertos otros instrumentos financieros. Las materias primas tienden a adelantarse a la inflación venidera. A medida que aumenta el precio de una mercancía, también lo hace el precio de los productos que se utilizan para producir.
La inflación, que puede erosionar el valor de las acciones y los bonos, a menudo puede significar precios más altos para las materias primas. Los inversores también pueden invertir mediante el uso de contratos de futuros o productos cotizados en bolsa (ETP) que rastrean directamente un índice de materias primas específico.
En este caso debemos destacar los riesgos. Los precios de las materias primas pueden ser extremadamente volátiles y la industria de las materias primas puede verse significativamente afectada por los eventos mundiales, los controles de importación, la competencia mundial, las regulaciones y las condiciones económicas, todo lo cual puede tener un impacto en los precios de las materias primas.
Bolsa el mejor activo a largo plazo
La rentabilidad anualizada de la bolsa está por encima de todas las categorías de activos, por lo que la renta variable tiende a ser una de las mejores opciones para posicionarnos en etapas inflacionistas. Desde 1950, la tasa de inflación anual estadounidense, en línea con los países desarrollados, ha sido de 3,5%, mientras que la bolsa estadounidense ha ofrecido una rentabilidad anualizada de más del 9%.
Por sectores, las empresas de materiales y energía se beneficiarán de los precios más altos de las materias primas, mientras que los tipos de interés más altos (si los hubiera) tienden a ayudar a las acciones financieras con mayores márgenes de beneficio.
Y si queremos rizar más el rizo debemos fijarnos en determinadas empresas que tengan como característica principal el poder de fijación de precios por su posición dominante en el sector. Su capacidad para trasladar a los consumidores el incremento de los precios y mantener los márgenes hace que sean los caballos ganadores en este tipo de etapas económicas.
Las empresas de fijación de precios obtienen resultados durante, aproximadamente, las primeras tres cuartas partes de cada episodio inflacionario. Pero recordemos que el mercado descuenta expectativas, y una vez que los inversores empiezan a anticipar el fin de la inflación, este tipo de acciones son las perjudicadas y caen abruptamente.