Históricamente, los planes de pensiones han sido uno de los vehículos de inversión preferidos por los españoles. Hoy en día, con la enorme incertidumbre existente en torno al futuro de las pensiones, están volviendo a ganar popularidad. Muchas personas buscan una alternativa para sus ahorros y los planes de pensiones se postulan como una de las opciones más atractivas.
Ahora que se acerca el final del año, los bancos no paran de bombardearnos con sus ofertas "irresisitibles" de planes de pensiones, razón por la que hemos decidido hacerle la autopsia a este producto financiero y desgranar para nuestros lectores cuáles son sus ventajas y cuáles sus inconvenientes.
¿Merece la pena invertir en planes de pensiones? Cuando termines de leer este artículo deberías tener una opinión bien formada al respecto.
Ventajas de invertir en un plan de pensiones
Sin lugar a dudas, el principal punto a favor de los planes es su desgravación fiscal. Invirtiendo en un plan de pensiones podemos ahorrar dinero en impuestos a corto plazo, y mucho.
Para una aportación máxima de 8.000 euros al año (no es posible aportar más, ni aunque quisieras), Hacienda puede llegar a devolverte hasta 3.600 euros en tu siguiente declaración de la renta (si tienes un tipo marginal del 45%). Como es lógico, a menor aportación o menor tipo impositivo, menor desgravación fiscal.
Esto nos lleva a concluir que los planes de pensiones interesan, sobre todo, a las personas que tengan salarios altos (quizás a partir de 36.000 euros) o que sean autónomos (y necesiten compensar el raquítico 15% que retienen en sus facturas en concepto de IRPF).
El resto de mortales deberían hacer números para valorarlo. De media, alguien que tenga un tipo marginal del 24% podrá desgravar hasta 240 euros al año por cada 1.000 euros que aporte. Si aporta 4.000 euros, desgravaría 960. No es mucho dinero, pero... es dinero.
En cualquier caso, se puede exprimir al máximo el incentivo fiscal del plan de pensiones si reinvertimos el ahorro fiscal, es decir, si ese dinero que nos ahorramos en impuestos lo volvemos a invertir, bien en un plan de pensiones o bien en otro producto, como un fondo de inversión.
Con este vídeo de Marcos Luque quizás resuelvas algunas dudas:
La otra gran ventaja de los planes de pensiones es que podrás diferir el pago de impuestos hasta el momento del reembolso del dinero. Tal y como funciona el interés compuesto, si estos impuestos diferidos se reinvierten en el plan de pensiones, se logra un extra de rentabilidad que puede llegar a ser determinante a largo plazo.
Los fondos de inversión también permiten diferir el pago de impuestos, pero estos cuentan como rendimientos del capital, mientras que en los planes de pensiones se consideran rendimientos del trabajo. Son fiscalicalidades completamente diferentes que analizaremos en el siguiente apartado.
En resumen, tenemos que:
Desgravación fiscal + Reinversión del ahorro fiscal + Diferir pago de impuestos + Reinversión de los impuestos diferidos = Música de violines.
Sin duda, son razones de muchísimo peso para al menos valorar la posibilidad de contratar un plan de pensiones. Sin embargo, como suele pasar con todo lo que parece demasiado bueno para ser verdad, también hay algunos inconvenientes. El papel lo aguanta todo; la realidad, no.
Inconvenientes de los planes de pensiones
Siendo sincero, soy bastante reacio a los planes de pensiones. En mi sesgada y no solicitada opinión de hoy, parto de la base de que la mayoría de los planes de pensiones comercializados por los bancos tienen dos características comunes: son muy caros (comisiones altas) y ofrecen una rentabilidad pírrica (no se acercan ni de lejos a la de un índice bursátil global).
Hay un estudio del IESE que lo corrobora. Concluye que durante el período comprendido entre el año 2000 y el 2015 la rentabilidad de los planes de pensiones de renta variable mixta en España fue del 1,40%, mientras que los índices comparables (MSCI World y Meryl Lynch de renta fija europea) crecieron un 4,87%.
La diferencia es abismal y no hay argumentos que puedan justificarla.
Sin embargo, últimamente están apareciendo en el mercado planes de pensiones indexados a índices bursátiles con muy bajas comisiones (por ejemplo, los de Indexa Capital, Finizens o, más recientemente, inbestMe), por lo que este inconveniente podemos evitarlo no contratando los planes de pensiones que ofertan la mayoría de entidades bancarias.
El segundo gran inconveniente que veo a los planes de pensiones es que son productos con una liquidez muy reducida. Al estar pensados para la jubilación, no podrás rescatarlos antes a no ser que ocurra una desgracia (invalidez laboral, enfermedad grave, muerte del partícipe, convertirte en parado de larga duración...) o pasen diez años desde tu aportación.
Ojo porque esto último tiene truco y no significa que puedas rescatar tu plan de pensiones pasados diez años, sino que el año 10 puedes retirar lo que aportaste el año 1, el año 11 lo que aportaste el año 2 y así sucesivamente. Esta iliquidez podría acarrearnos algún quebradero de cabeza en el futuro.
Este problema se agrava si consideramos el hachazo fiscal que nos metería Hacienda si el día de mañana decidiésemos rescatar el plan de pensiones de golpe. Como te indicábamos más arriba, sus frutos se consideran rentas del trabajo (y no del capital), por lo que si rescatamos una suma importante de dinero en un solo año el sablazo de Papá Estado en la declaración de la renta del año próximo podría tener proporciones dantescas.
Todos sabemos que para evitar este palo fiscal hay que rescatar el dinero poco a poco y no de golpe, pero también sabemos que el futuro es incierto y no tenemos ni idea de lo que nos depara. Una enfermedad grave o una emergencia económica, por ejemplo, podrían poner patas arriba todos nuestros cálculos financieros y obligarnos a tomar una decisión fiscalmente desastrosa.
Pero sin lugar a dudas, el principal hándicap que le encuentro a los planes de pensiones es la incertidumbre legal que les rodea.
Teniendo en cuenta la situación actual de las pensiones públicas, no podemos descartar que el político de turno del futuro tenga la genial idea de meterle mano a los planes de pensiones privados, "un producto financiero hecho para los ricos", de cambiarle la fiscalizad o de aprobar cualquier medida que perjudique al partícipe. Seguro que una horda de fans le aplaudirían. O quizás me estoy pasando de frenada con esto, no lo sé. No me fío ni un pelo.
Entonces, ¿merece la pena un plan de pensiones?
Como toda pregunta complicada, merece una respuesta complicada: depende. Para empezar, depende de tus circunstancias personales/familiares y de cuánto dinero ganes. Si solo ganas 1.000-1.200 euros netos al mes, no creo que sea la mejor inversión posible. Pero si estás por encima de los 36k anuales o tu tipo marginal es del 45%, puedes valorarlo. También si eres autónomo te puede beneficiar fiscalmente a corto plazo.
En cualquier caso, nunca contemplaría la opción de invertir el 100% de los ahorros en este producto. Quizás se podría usar como complemento a los fondos de inversión y así diversificar el tema fiscal (rentas del trabajo junto con rentas del capital), pero siempre que sepamos elegir el plan de pensiones adecuado (con bajas comisiones y, preferiblemente, indexado).
No obstante, hay que valorar seriamente sus inconvenientes, sobre todo en lo que tiene que ver con la incertidumbre, tanto a nivel personal (no sabemos qué nos depara el futuro) como de su entorno legal (podrían cambiar los tipos del IRPF, la legislación de los planes de pensiones, tenemos los políticos que tenemos...).