La semana pasada, pudimos ver cómo la Fiesta del cine fue todo un éxito llenando las salas de cine de las principales ciudades españolas durante 3 días. El efecto de esta oferta ha dejado ríos de tinta, sobre todo fundamentando que si los precios del cine fueran mucho más baratos, todos iríamos al cine más.
Ya publiqué un post en Xataka en el que mantenía que el factor precio no era el más determinante para acudir a una sala de cine y que la calidad y preferencias de visión de dicha película se sitúa por encima dentro de las preferencias de la curva de ocio, a la par que no podemos aseverar tan rápido que las entradas del cine sean tan elásticas como puede parecer por una oferta puntual. En el caso de las ofertas, una vez se han agotado las vías de novedad, aunque el precio bajo se mantenga, el consumo tiende a situarse en los niveles de preferencia de los consumidores.
Un 7% de las películas generan el 80% de los ingresos y espectadores
Tal y como podemos ver en el siguiente gráfico, la distribución de espectadores por títulos, es realmente llamativa, hasta el punto que proyectando 1.472 películas durante 2011, las primeras 25 películas aportan el 43% y 44% de los espectadores y recaudación y si nos vamos a las 50 películas más vistas, ya suponen el 60% del total del año.
Esta distribución es bastante similar todos los años, tal y como vemos por ejemplo en el gráfico acumulado de espectadores para 2010 y por lo que he visto mirando datos de los últimos años, en torno al 7% de los títulos que se proyectan cada año, son los que hacen la caja real de los cines. Ahora bien, podemos argumentar que no vamos al cine porque los precios son muy elevados para nuestro nivel de preferencia frente al título.
Distribución de gasto medio por espectador y título
A partir de las recaudaciones medias de cada película podemos agrupar el número de películas proyectadas por intervalos de precios y tal y como podemos apreciar en la tabla superior, tenemos películas y títulos para todos los precios, desde entradas por debajo de un euro, a entradas superiores a 10 euros, que alguna hay por ahí.
Que esta distribución no sea lineal con el número de espectadores que acuden a ver estas películas, nos señala que el precio es un factor a tener en cuenta siempre, pero que en el caso del cine, no es tan determinante como nos podría parecer en principio y que colocar todas las películas a 4 euros o a 1 euro, tampoco garantizaría las salas llenas. Si a mí no me gusta una película o un actor determinado, no veo la película ni gratis. Frase que nos sirve también para cualquier aspecto del ocio de manera mayoritaria.
En El Blog Salmón | La fiesta del cine demuestra la elasticidad de la demanda