Regular la actividad de los nuevos 'actores' en el transporte o el sector hotelero, como Uber o Airbnb, es el cascabel que nadie quiere poner al gato. En España, el primero que ha movido ficha ha sido la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) que anunció a principios de mes la apertura de un proceso para encajarlos en la normativa. Pero, ¿cómo hacerlo? Bruselas está preparando nuevas leyes.
La política de Uber ha sido clara: iniciar la actividad al margen de la ley lo más rápido posible con el fin último de ser lo suficientemente grande como para no ser prohibido ('Too big to ban'). Sin embargo, son conscientes de que necesitan un marco legal en el que operar. Y así lo reclamaban en nuestro país durante el pasado mes de junio: "Uber espera que las administraciones le den una oportunidad de poder hacer las cosas bien".
A principios de este mes la CNMC anunció que inicia el proceso para dar encaje legal a estos nuevos competidores. No tiene voto (pues no tiene capacidad normativa), pero sí voz. Y por eso, busca elaborar un estudio centrado en el transporte y los alojamientos turísticos con el objetivo de recomendar una regulación eficiente con estos "nuevos modelos económicos". Y el primer paso va a ser una consulta a todas las partes: consumidores, empresas, etc.
Sin embargo, poco más se sabe. Aún así levantando la vista y poniéndola en el resto de Europa, hay quien está dando pasos más allá de las prohibiciones. La región de Bruselas, en Bélgica, ha sido una de las más beligerantes. La justicia prohibió en abril el uso de la aplicación, pese a las protestas de la propia comisaría Kroes.
Ahora, según informaba el WSJ, inicia un proceso para 'legalizar' estas actividades que durará varios meses. No hay muchos detalles pero esperan tenerlo finalizado a comienzos del próximo año. "Si ellos quieren cumplir y pagar impuestos como todo el mundo, serán bienvenidos a ser parte del sector del taxi en Bruselas", explicaba uno de los portavoces del área de movilidad de la región.
Y ponen de ejemplo a la compañía de alquiler de habitaciones Airbnb, cuya actividad ha sido 'oficializada' e integrada dentro del sector con una nueva normativa (pagando impuestos como otro alojamiento turístico).
Bruselas ha sido uno de los territorios más duros con estas iniciativas. Que no paguen impuestos (y, por tanto, que no compitan en igualdad de condiciones con el resto de 'jugadores' del sector) se convirtió en su principal reclamación. Ahora, aborda su regulación. Los próximos meses serán claves para saber hasta dónde llega con esas nuevas reglas.
En El Blog Salmón | La arriesgada (¿y equivocada?) estrategia de Uber para aterrizar en España, La regulación de las nuevas empresas de transporte, ¿quién le pondrá el cascabel al gato?
Imagen | Fabio Penna