La carrera por posicionarse en el sector de los pagos móviles se ha acelerado. Tras el 'ataque' de Apple con el servicio presentado en septiembre, otros competidores como Google o Samsung han dado su paso para no perder pie. Todos inician este sprint tecnológico que tendrá que ser respondido por los consumidores a través de su uso masivo.
Aunque aún queda camino por recorrer para lograr esa llegada al consumidor base, hay consultoras que ya han valorado este mercado y las cifras no son desdeñables. Forrester señalaba recientemente que sólo en Estados Unidos moverían 142.000 millones de dólares en 2019.
Ante estas previsiones, todos toman posiciones. Primero fue Apple con su servicio incorporado a los nuevos iPhones. Un sistema con numerosos retos por delante que, en los primeros meses, está logrando una implantación importante entre grandes distribuidores y tiendas en Estados Unidos. Se espera que llegue a Europa al final de este año.
Antes, Amazon había lanzado dos productos para estos pagos a través de dispositivos móviles. Uno de ellos era el lector de tarjetas, similar al de otros pequeños competidores como Square (con mejores precios para el comerciante). Otro un monedero electrónico (Amazon Wallet) que fue retirada seis meses después.
Los últimos en saltar a escena han sido Samsung y Google. En el marco del Mobile World Congress han presentado sus propios proyectos. La firma coreana ha planteado un sistema tras firmar acuerdos con MasterCard y Visa basado en una tecnología mixta que permite pagos con NFC y a través de un lector de tarjetas de banda magnética. Como comentan los compañeros de Xataka Móvil, estará presente en Estados Unidos y Corea este verano.
Google, por su parte, ha dado un paso más allá de Wallet, su monedero electrónico. Ha anunciado, sin aportar muchos detalles, el lanzamiento de Android Pay, una plataforma de pagos que servirá como base tecnológica para desarrolladores que quieran crear sus propias apps.
Los retos de Apple son los mismos que los del resto de actores. La competencia en precios de cara al vendedor, la seguridad de la información bancaria o la capacidad para expandir este sistema de manera masiva (para que sea la herramienta principal y no complementaria) son algunos de ellos. La tecnología avanza rápidamente. Ahora queda saber si la adopción por quienes deben utilizarla irá a la misma velocidad.
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