Hace un tiempo los CEOs de General Motors, Chrysler y Ford acudieron a Washington a pedir ayuda, fueron muy criticados porque no se les ocurrió otra cosa que ir en avión privado y por separado, a pesar de que iban a la vez y con el objetivo de pedir pasta. Como si llega nuestro hermano pequeño a pedirnos ayuda financiera montado un mercedes, vamos.
Al final General Motors y Chrysler fueron rescatadas mientras que Ford aguantó por su cuenta vendiendo activos (Jaguar, Land Rover y Volvo) y centrándose en sólo dos marcas (Ford y Lincoln tras cerrar Mercury). General Motors y Chrysler fueron intervenidos por el gobierno americano. Para que nos hagamos una idea del nivel de intervención para salvar a General Motors se constituyó una empresa nueva que le compró los activos a GM. Esta empresa está en manos de los gobiernos americanos y estadounidenses, mientras que Chrysler ha pasado a estar en manos de Fiat.
Haciendo cuentas del rescate, parece que al gobierno estadounidense le ha salido por unos cuantos billetes verdes. En total por diez mil millones de euros. Esa es la diferencia entre lo que va gastar en total y por lo que espera vender (hay rumores de que GM podría ser fusionada con Renault -Nissan en un futuro). Para que nos hagamos una idea se pusieron ochenta mil millones de dólares sobre la mesa. Casi nada. Al final lo que se ha perdido representa el 0,1% de la deuda estadounidense.
Nuestros compañeros de Motorpasión citan algunas causas por las que los coches americanos estaban teniendo problemas en le mercado. Malos diseños, demasiadas marcas, una falta de eficiencia fuerte comparada con la competencia asiática (japonesa y coreana)…
¿Cómo es que aquellos que inventaron la producción en serie de automóviles estaban en tan grave situación? Según Bob Lutz, ex vicepresidente de General Motors, el problema es que las empresas deberían despedir a los graduados de las escuelas de negocio con MBAs y deberían de contratar a ingenieros.
En los años 50 estas empresas estaban muy interesadas en centrarse en el consumidor, en desarrollar el mejor producto posible con la tecnología disponible en el momento. No obstante en los 70 esto empezó a cambiar, se empezaron a contratar a directivos centrados en modelizar y medir todo lo posible.
A estos directivos se les ha llamado despectivamente “beancounters”. Se les ha criticado de no tener pasión por lo que hacen, de modo que acaban fabricando y vendiendo coches que la gente no quiere, en contraposición a su competencia asiática o incluso europea.
Rober Lutz pone como ejemplo a Apple. Afirma que la peor gestión de la empresa fue cuando pusieron a un MBA a su cabeza. En cambio cuando volvió Steve Jobs consiguió que volviera a ser rentable, haciendo productos que enamoraban a la gente. Hasta ser lo que es ahora, una máquina de fabricar dinero brutal pero a su vez capaz de generar pasiones y de cambiar la industria completamente con el lanzamiento de un producto (iPod, iPhone o iPad).
Así que la pregunta a los lectores es ¿creen que han sido los MBAs los culpables de la decadencia de la industria automotriz americana? ¿O tal vez han sido otros factores?
Vía | Time (en inglés)
En Motorpasión | ¿Cuánto costó el rescate de General Motors y Chrysler?
En El Blog Salmón | Apple tiene más efectivo que el gobierno americano y Mercedes-Benz Academy, vendiendo más que coches