Es de uso bastante común la expresión complejo militar-industrial, originaria de Guerin y popularizada por Eisenhower: una madeja de intereses entrelazados entre las empresas del sector y los Ministerios de Defensa, o más concretamente el Pentágono en el caso norteamericano. Pues entre nosotros, creo que ya va siendo hora en este país de hablar de la existencia de un complejo político-cultural (CPC en adelante). Y digo lo de cultural para usar los términos en que se definen el lobby que gestiona esa canonjia (cine, música, literatura, medios de comunicación, etc…)
El motivo de traerlo a colación en un blog económico ya no es sólo debido a al destacado peso de las empresas implicadas. Hablamos de las ingentes cantidades de recursos públicos que de un modo u otro son consumidas por dicho sector, lo que es a su vez causa y consecuencia de la existencia de dicho fenómeno, sin el que resulta difícil de entender discursos como del Sr. González Macho, resumido gráficamente en la imagen que encabeza este post. A mi sólo me viene una palabra a la cabeza: impunidad.
Impunidad al poner al frente del Ministerio competente, una vez más, a alguien íntimamente ligado a dicho CPC, a un hombre de PRISA, y que se explica por la absoluta transversalidad del CPC desde sus inicios. La historia como eterno retorno (para el que quiera saber la clave está en Santillana). Hay una constante e intima relación entre nuestros políticos, de todos los partidos (y de los dos últimos regímenes) y el CPC.
Impunidad para montar un sistema parajudicial a su gusto. ¿Que no le gusta al CPC lo que dicen los jueces?, ¿que el sistema es lento? Pues a complacer a los señores. ¿Cuántos sectores económicos pueden decir lo mismo? Ni la banca tiene ese poder para moldear a su gusto los cauces procesales. Aprobamos la Ley Sinde y no se diga más.
Impunidad para mentir. Dice el académico que Internet no es el presente. Ya muchos le han respondido, pero me gustaría añadir que, cuando habla de que internet no financia al sector tiene el rostro muy duro. Tengamos en en cuenta que las operadoras de telefonía financian manu militari a RTVE (ya veremos lo divertido que se va a poner todo cuando la UE lo tumbe y exija la devolución de dichas cantidades), lo que ha permitido que las TV privadas tengan beneficios. Teniendo en cuenta que las cadenas de televisión están obligadas por ley a a financiar al cine español no hay más que seguir el dinero para ver quién y cómo financia al cine español.
Impunidad para ralentizar el nacimiento de nuevos modelos de distribución mientras hacen el paripé de que ellos también apuestan por dichas vías. Algo que costará a empresas como las del Sr. González Macho habida cuenta de que su empresa tiene 70 salas de cine que huelen, se ponga como se ponga, a videoclub, es decir a muerto.
Impunidad para no mencionar que, al margen del sistema de subvenciones directas al cine,cuentan con un marco legal específicamente destinado a atraer inversores a cambio de beneficios fiscales, a través de una herramienta calcada al tax-lease de las navieras (éste peligra ante denuncias en la UE, pero tranquilos que el del cine español jamás será tocado). Los mismos “artistas” que jalean las subidas fiscales, financiados por grandes conglomerados de empresas atraídas por los beneficios fiscales. Es decir re-subvencionados, directa e indirectamente.
Impunidad para jugar con todas las bazas. Unas veces somos una industria, otros veces somos cultura, sobre todo somos la imagen que se percibe de España fuera. ¿Traducido? Queremos ganar pasta a nuestra bola pero se nos debe subvencionar y proteger pues somos el Santo Grial de los valores espirituales de España. Y si no se hace, os hacemos una campaña mediática que os dejará para el arrastre.
Que pena no tener la capacidad de Eisenhower para explicarlo mejor.
¿Alguien duda de la existencia del CPC en España?, ¿quién nos protege del CPC? Que le vayan dando el Goya a la mejor producción.
En El Blog Salmón | No al rescate público de los Señores de la Prensa, Las cifras económicas de los Goya y del cine español