Así, visto desde fuera y en un contexto más social que económico, la noticia conocida ayer de que el crecimiento económico de nuestro páis será de un 3% en vez de un 2,7% como estaba previsto hace pensar que nuestro país es una máquina de generar riqueza.
En pleno debate sobre si hay que seguir cobrando los fondos europeos algunos años más o si unos dan más que otros, lo que sí está claro que es ya va siendo cada vez más difiícil pasar por pobres. Los datos de crecimiento e IPC lo afirman, y el informe de primavera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisa al alza dicho crecimiento.
Este informe también revisa, pero esta vez a la baja, el crecimiento de la zona euro, que será menos de lo previsto (1,2%) en vez del 2% esperado. La OCDE aprovecha para lanzar un consejo: que el Banco Central Europeo (BCE) baje los tipos de interés "a corto plazo", aunque el BCE ya rechazó ayer la sugerencia. La OCDE, organización que agrupa a los 30 países más ricos del mundo, ha previsto también un crecimiento del conjunto de todos los miembros de 2,6% para este año y de un 2,8 para el próximo. La OCDE llama la atención sobre algunos casos concretos en algunos países en el que el déficit público puede resultar un problea para una recuperación económica. Importante el matiz del economista jefe de este organismo, Jean-Philippe Cotis, en el que afirma que no pueden excluir "fuertes turbulencias" (¿petróleo?, ¿conflictos bélicos?, etc.)
En el caso de España los factores que van a permitir este crecimiento son la demanda interna y el sector de la construcción, por lo que se da por hecho que el ritmo de construcción/venta de pisos, aunque esté previsto que se vaya frenando, seguirá siendo un motor importante para este crecimiento.
El dato de nuestro país es importante, ya que comparados con otros países tradicionalmente fuertes (Francia, Alemania, Italia, etc.) es uno de los indicadores de crecimiento más alto de todos los países, junto a países de la llamada economía emergente, como China. Otros como Japón y la zona euro, sin embargo, crecerán por debajo de las previsiones.
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