El Sr. Rodríguez Zapatero anunció ayer que tiene la intención de reducir "en un horizonte razonable" el tipo del impuesto de sociedades. ¿Qué siginifica eso? Pues que las empresas van a pagar menos impuestos y, en consecuencia, tendrán más beneficios, es decir, más dinero en sus arcas. ¿Y con qué finalidad? Pues según explicó ayer Rodríguez Zapatero en unas jornadas organizadas por The Economist, el objetivo es "situarnos al nivel de otros países con los que competimos internacionalmente."
Lo que no explico el Presidente del Gobierno es qué deberían hacer las empresas con ese "dinerillo extra" que supondrá la reducción del impuesto de sociedades. ¿Lo sabe el Gobierno? ¿Se lo contarán a las empresas? ¿Les harán caso las empresas? ¿A dónde acabará yendo finalmente ese "dinerillo extra"? ¿Al bolsillo de los empresarios? ¿A inversión destinada a incrementar la competitividad de las empresas? Por otro lado, toda disminución de un impuesto supone una disminución de la recaudación que debería ser compensada por algún otro ingreso. En este sentido, mientras Hacienda admite que se producirá "una merma en la recaudación", que se compensará, al igual que la reforma del IRPF, con los nuevos impuestos medioambientales, Miguel Sebastián, director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, comenta que el impacto recaudatorio para el Estado "será casi nulo porque se compensará con la eliminación de algunas deducciones fiscales que ahora están en vigor".
¿En qué quedamos? Porque no es lo mismo un impuesto medioambiental que una deducción fiscal, de la misma forma que el impuesto medioambiental afecta a las compañías y las deducciones fiscales a las personas físicas. Y si al final tiene razón Hacienda y la merma se compensará con impuestos medioambientales que pagarán las sociedades, ¿habrá "dinerillo extra" para mejorar la competitividad?
Vía | El País