Invertir bien: los flujos de caja

Invertir bien: los flujos de caja
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Llega el verano, las empresas se van de vacaciones, los empleados tambión, los gobernantes también... y parece que la economía se ralentiza. Es mentira, porque todo lo que nos rodea es susceptible de ser analizado en términos económicos, pero esa es la sensación. Así que, para entretener este periodo tranquilo, vamos a hacer un repaso a algunos conceptos básicos sobre inversión que seguro que vienen bien, y empezamos por uno de los principales: los flujos de caja.

El concepto de flujo de caja se refiere al análisis de las entradas y salidas de dinero que se producen (en una empresa, en un producto financiero, etc.), y tiene en cuenta el importe de esos movimientos, y también el momento en el que se producen. Estas van a ser las dos variables principales que van a determinar si una inversión es interesante o no. Imaginemos un ejemplo, un depósito bancario. En el momento inicial, se produce (desde nuestra perspectiva) un flujo de caja negativo (el dinero que sale de nuestro bolsillo para ir al banco). Cada año de los que dure el depósito, cobraremos unas cantidades en concepto de intereses. Esos son flujos de caja positivos, que se producen en los distintos momentos de tiempo. Al finalizar el periodo del depósito, el banco nos devuelve el dinero que habíamos invertido, por lo que se produce un nuevo flujo positivo de caja.

Con estos flujos (positivos y negativos), se puede hacer un diagrama de flujo de caja, que es la representación básica de una inversión.

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El diagrama de flujo de caja es meramente descriptivo, no nos dice por sí mismo si una inversión es buena o mala. Para eso, tendremos que utilizar algunas herramientas de análisis de inversión que iremos viendo en próximos posts.

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