En agosto, los precios subían un 0,2%. En tasa interanual, esto es, cuánto han subido los precios en el último año,los precios aumentan en un 3,8%. Algo menos del 4% en el que se encontraban hace apenas un mes.
Desde todos los ámbitos de la economía coinciden en que uno de los riesgos principales en España es la pérdida de competitividad. Esto se debe a que la inflación incide en nuestro comercio exterior, encareciendo los productos, que se ven perjudicados por el aumento de costes de fabricación. En último término esto hace que las empresas tengan que reducir el margen para poder colocarlos en el mercado, lo que acaba por repercutir en los beneficios, la inversión y la creación de empleo. ¿Es una buena noticia que baje el IPC?. Pues a la larga probablemente sí. Pero a corto plazo me temo que es una muy mala noticia para todos aquellos que dependen de convenios colectivos acordados en torno al IPC. Y sobre todo, a aquellos que además tengan viviendas hipotecadas. Hasta ahora, el IPC aumentaba muy por encimá del tipo de interés hipotecario, lo que año a año ha conseguido reducir en términos reales el esfuerzo necesario para hacer frente a las obligaciones finencieras generadas por la adquisición de la vivienda.
Este verano, el euribor se situó por encima del 3'5%. En cambio, se espera que la inflación descienda suavemente de aquí a finales de año, por lo que el ajuste al alza de las hipotecas díficilmente podrá ser anulado por la mejora de los salarios. Todo hace indicar, por tanto, que habrá que apretarse el cinturón.
Vía | Invertia