Esta vez ocurrió con Starbucks y, mala suerte para ellos, ocurrió en Estados Unidos.
Parece que la empresa estadounidense de café decidió distribuir cupones para la consumición gratis de su café y, como se distribuyeron más de la cuenta o se aprovecharon muchos más de lo que esperaban, cancelaron la oferta y una cafetería en Nueva York, rechazó uno de sus cupones.
Estos cupones fueron enviados a los trabajadores de Starbucks por email con instrucciones de que los reenvíen a familiares y amigos y, como suele pasar con la web, ¡fueron reenviados y reenviados! Los resultados fueron diferentes a lo que pasó en España con la oferta de vuelos gratis de Ryanair, que con su mala organización se les fue de las manos y tuvieron que resolverlo como pudieron, aunque no con total profesionalidad.
La señorita que sufrió el rechazo de su cupón en Nueva York lo tomó bastante mal y denunció a la empresa por fraude pidiendo $114 millones, que es lo que estiman que han perdido todos los potenciales consumidores que vieron rechazados e invalidados sus cupones.
Como pasa con las denuncias class action en Estados Unidos, un denunciante y sus abogados lo hacen en nombre de los muchos que pueden ser afectados y, con la publicidad, muchos de estos se incorporan a la acción judicial.
Añade perjuicios emocionales a su pérdida de café y quién sabe cuánto le costará a la empresa esta promoción creativa.
¿Quiénes son los que idean estas campañas brillantes de promoción? Puede que sean ideas interesantes sobre papel pero, ¿cómo es que no hay nadie que piense en los caminos que pueden tomar estos lanzamientos y en las resultantes consecuencias?
Vía | BBC Mundo En El Blog Salmón | Ryanair continúa con su marketing genial