El fallecimiento ayer de 6 personas en distintos puntos de la geografía española víctimas de accidentes laborales ha traído a las portadas de los medios este grave problema que afecta a nuestra economía. Porque aunque es triste que fallezcan 6 personas en un día, es más triste aún la media diaria de 3 fallecidos. Un goteo constante que diezma a la población trabajadora y para el que no parece encontrarse el remedio.
Porque a pesar de los avances legislativos, los esfuerzos de sindicatos y empresas por paliar la situación, los números son similares año tras año. Y es que se trata de un problema complejo, cuya raiz es esencialmente económica. Y es que la seguridad laboral cuesta dinero.
No sólo el dinero directo que haya que invertir en formación, materiales, personal específico... sino el impacto que tiene la seguridad laboral en la productividad. El uso de las medidas de seguridad, tomando todas las precauciones que evitaría la gran mayoría de los accidentes, implica una ralentización de los procesos. Si solo se pueden levantar x kilos de una tacada, en vez del doble.... Si tienes que colocarte un arnés cada vez que subas o bajes... Si tienes que parar la máquina antes de meter la mano para hacer el ajuste... y esa productividad la necesitan tanto empresarios como trabajadores: tanto se produce, tanto hay para repartir.
Y este es un asunto que creo que nunca se pone encima de la mesa. Se habla de la formación (¿alguien cree que un cursillo sirve para aplicar correctamente la seguridad en el puesto de trabajo?), de la precariedad en el empleo (empleados con contratos precarios tenderán a tener menos formación y menos experiencia), de la inspección de trabajo (pero necesitaríamos un inspector por empresa y día... porque la tendencia es a no cumplir)... pero lo que falta realmente es la conciencia por parte de trabajadores y de empresarios de que son ellos los que tienen que poner de su parte. Y que el que algo quiere (en este caso, reducir el riesgo laboral) algo le cuesta. Pero me temo que en demasiados sitios se prefiere correr el riesgo...
Foto | Gregor_y