Recientemente se ha publicado que la mayoría de los españoles tienen salarios mileuristas. Resulta que el 58% de los asalariados tienen sueldos inferiores a los 1100 euros. Eso hace un total de 11 millones de trabajadores. Es decir, por el lado de la demanda los salarios son bastante bajos, especialmente si los comparamos con los compañeros europeos. Aunque el anuncio del actual gobierno (y digo actual porque según las encuestas las próximas elecciones van a estar reñidas) es de que para el año 2012 el Salario Mínimo Interprofesional alcance los 800 euros. No es mala noticia, pero estando en precampaña electoral, este tipo de anuncios hay que tomarlos con escepticismo (vengan del partido que vengan).
En el lado de la oferta la cosa tampoco está muy bien. Hace tiempo comentamos que los productos básicos tenían precios altos, en el caso de las naranjas parece que es por los intermediarios. Además el precio de los cereales está subiendo y en lo que respecta a telecomunicaciones no tenemos los precios más baratos precisamente.
Si por un lado no se puede pagar mucho y por otro se suben los precios, creo que en el sándwich hay poco relleno. ¿Es eso bueno a la hora de emprender un negocio? En principio no, cuanto mayor sea el poder adquisitivo del entorno más fácil será que nuestros productos tengan salida en el mercado. Incluso eso nos permite ofrecer productos de mayor valor añadido. Valor añadido, es aquello que lo ponemos al producto (marca, calidad, servicio, innovación, etc.) que nos permite ponerle un mayor precio en el mercado.
Lo bueno es que se trata de una oportunidad buena para vender productos Low-Cost. Productos a los que les quitamos el valor añadido para que de este modo poderlos vender a bajo precio. Esto no significa que prescindamos del departamento de marketing, sino que nos basamos en innovaciones (producción just in time, por ejemplo) para reducir el precio, amen de eliminar lo superfluo.
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