Credit Agricole ha saltado a la actualidad en nuestro país por su agresiva toma de participación en Bankinter. No es la primera toma accionarial protagonizada por un banco foráneo en nuestro país.
Pero Credit Agricole no es una entidad equivalente al Barclays o a Citibank. Cotiza en bolsa y es la tercera entidad crediticia por capitalización pero su accionariado es atípico. El 55% del capital está en manos de 39 entidades regionales denominadas caisses regionales. Éstas están participadas a su vez en un 25% por Credit Agricole y por las más de dos mil entidades locales denominadas caisses locales. Estas entidades suponen el pilar sobre el que descansa la entidad y es propiedad de cinco millones de mutualistas, la inmensa mayoría clientes de la entidad. El resto del 45% del capital cotiza libremente en bolsa.
Las entidades propietarias de Credit Agricole nacieron para facilitar el crédito a la agricultura igual que las cajas rurales españolas. Pero no fue la única experiencia de cooperativas de crédito en nuestro país vecino. Para facilitar el acceso a la financiación por parte de los pequeños negocios se crearon a finales del siglo XIX los bancos populares con una organización de mutualidad. En 1950 se crea una confederación de todas las entidades y en 1972 asumen una marca comercial única. A principios de esta década los 18 bancos populares y otras dos entidades cooperativas dieron un paso más en su colaboración y dieron personalidad jurídica de sociedad anónima al Banco Federal de Bancos Populares (BFBP), a través de la que canalizan sus inversiones. De esta manera más de tres millones de mutualistas son propietarios de las cooperativas quienes a su vez controlan más del 99% del BFBP.
Entre las cajas rurales españolas la coordinación siempre ha sido problemática. A pesar de compartir imagen, informática y otros servicios a través del Banco Cooperativo las disensiones han sido notorias. Divergencias en las estrategias ha llevado a dos de ellas ha plantearse la fusión: Cajamar y Caja Rural del Duero. Otras 20 han decidido comprar la ficha bancaria de Caja Escolar de Fomento y crear la Caja de Crédito Cooperativo que operará bajo la marca Novanca en aquellas zonas donde no tengan presencia las cajas rurales miembros de la agrupación.