Este fin de semana sale a la venta, en el mundo anglosajón, el nuevo libro de la serie de Harry Potter. Se trata de "Harry Potter and the Half-Blood Prince", que hace el sexto de la serie y que será lanzado, una vez más, con toda la parafernalia ya clásica de la serie: secretismo sobre el contenido hasta el último momento, camiones de seguridad para la distribución, colas enormes en las librerías, grandes pilas de libros...
A partir del libro, ya se sabe: hay un montón de fans que han creado comunidades alrededor del personaje, y que están dispuestas a gastar mucho dinero en películas, juguetes y todo tipo de merchandising vinculado a su personaje favorito. En este entorno, hay quienes aseguran que, sin embargo, el éxito de Harry Potter va a ir desapareciendo. Que el cada vez más próximo fin de la serie (se da por hecho que sólo habrá un libro más, el séptimo, que dará fin a la historia), junto con el progresivo esclarecimiento de todo lo que tiene que ver con la historia de Harry, le va a restar "magia" (perdón por el juego de palabras), y por lo tanto adeptos.
Personalmente, no lo creo. Harry Potter tiene la virtud de ser una serie de libros que, pese a estar orientados a un público infantil-juvenil, contactan muy bien con un público joven (yo mismo tengo los cinco libros y las tres películas que se han hecho hasta ahora). El proceso de fabricación libro-película está muy bien definido, dejando el tiempo suficiente entre lanzamiento y lanzamiento como para no agotar al público, sino más bien para generar ansiedad.
Desde el lanzamiento del primer libro hasta que salga la última película, habrán pasado no menos de 15 años de vigencia de Harry Potter. Toda una generación estará marcada por este personaje. Demasiado como para pensar que se va a diluir como un azucarillo...
Vía | CNN Más información | Google News