America Online y Salary.com han realizado una encuesta a más de 10.000 trabajadores estadounidenses sobre sus hábitos de “pérdida de tiempo” en el trabajo. Creo que a nadie le extrañará que el uso personal de Internet sea el gran ganador con un 44% de las respuestas. Las categorías más populares dentro del mismo son el uso del e-mail, la mensajería instantánea y los chats. La valoración económica de las más de dos horas de jornada laboral “perdidas” es de 759.000 millones de dólares.
Otro dato bastante curioso que desvela la encuesta es que los empleadores estiman que el tiempo perdido es la mitad, y que ya se contempla de forma implícita en el salario. Eso nos aclara que la pérdida real es la mitad, es decir 379.000 millones de dólares. Ahora, lo que yo me pregunto es si realmente estamos ante un gran agujero de pérdida de productividad laboral o si sólo se trata de un espejismo. Internet, además de una ventana al mundo del entretenimiento es un generador de productividad personal enorme: ¿quién va ya al banco para hacer una transferencia, entregar la declaración de la Renta o incluso para pedir un préstamo? Eso queda solucionado con la Banca Online. ¿Quién realiza ya una llamada a quince personas para quedar para una cena? Eso se hace por e-mail, escribes uno y les llega a todos. Estos son ejemplos de cómo Internet hace que perdamos menos tiempo a la hora de realizar gestiones personales en el horario laboral. Además habría que valorar hasta qué punto esa “pérdida de tiempo” ha contribuido a la mejora en el uso de las nuevas tecnologías y a su adopción ahorrando grandes facturas de formación para las empresas.
Todo esto no quiere decir que no se deba controlar el acceso a Internet de los empleados y bloquear ciertas direcciones como las de sexo, juego y descarga de música. Pero no lleguemos a decisiones tan ridículas como la de bloquear el acceso a El Mundo y dejar abierto el acceso al Marca (eso es un caso real que me contó un amigo). Yo creo que el hecho de que los empleados puedan acceder a Internet es rentable para las empresas, y limitarlo incondicionalmente sólo demuestra ineptitud a la hora de evaluar el rendimiento y actuar en consecuencia. Además, con las amplias jornadas laborales de hoy en día ¿alguien se cree que el 100% del tiempo que la gente se pasa sentada puede estar destinado sólo a cuestiones laborales?
Via | El Mundo