El espectacular aumento en el precio del petróleo, que repercute en la gasolina, está impactando en los gastos de todos los negocios, aunque parece que no se está viendo en la inflación, por ahora. En este contexto, se entiende que las empresas estén pidiendo ayudas del Estado. Ya que no quieren subir sus precios, las empresas prefieren sacarnos el dinero vía los presupuestos del Estado, a través de las subvenciones. Una falta de transparencia.
Por otra parte, uno de los papeles importantes de los precios del mercado es que envían mensajes a los productores y a los consumidores del producto. Cualquier manipulación del precio, a través de controles de los precios o con subsidios que amortigüan su impacto, tienen el efecto de entorpecer esta parte importante del mecanismo del precio.
Un precio alto debe hacer que consumamos menos y que ahorremos más. Por otra parte incentiva la búsqueda de alternativas energéticas y abre las oportunidades de algunas de estas alternativas que antes no eran económicamente rentables. Esto es muy importante en un mundo con más y más escasez de energía con base fósil y con sus precios cada vez más altos. ¡Necesitamos el mecanismo del precio!
¿Se necesitan ayudas e incentivos para las empresas? Yo diría que no pero, si se dan, que sea con mucho cuidado, por poco tiempo y sin entorpecer las reglas básicas de la economía.
Vía | La Razón En El Blog Salmón | El peligroso precio del petróleo y Energía Solar en Alemania