Ferdinand Piech, accionista importante de Porsche y Presidente de Volkswagen, acaba de tomar una decisión caprichosa que le ha costado a los accionistas de la empresa automovilística, Porsche, billones de dólares en pérdidas, con la bajada del precio de la acción de casi 12%. Piech ha mantenido su afecto por lo que hizo su abuelo, Ferdinand Porsche, que fue el fundador de Porsche y de Volkswagen y, ahora que Piech está acercándose al retiro como Presidente de Volkswagen, ha querido volver a vincular las dos empresas con la compra por parte de Porsche de una participación importante en Volkswagen. Otro caso más de accionistas minoritarios actuando como si la empresa fuera suya, aunque sean propietarios de solo una minoría. Bonita idea pero cara para sus accionistas y una demostración más del error de mantener en sus puestos a ejecutivos que tienen visiones imperiales que priman sobre sus responsabilidades hacia sus accionistas. Los accionistas de Porsche deberían despedir sus actuales altos directivos y elegir otros que cuiden sólo de los intereses de los accionistas y que los caprichos los dejen para cuando están en casa. Nuevos directivos podrían cambiar la decisión y ver el valor de sus acciones volver al lugar de antes.
Vía | El Mundo