Los bancos chinos tienen, como en general todos los sectores económicos, un gran potencial de crecimiento tanto dentro como fuera de sus fronteras. La progresiva apertura del sistema económico chino está destapando necesidades de cobertura financiera para las operaciones realizadas en el interior. A medida que se produzca esta modernización, las entidades chinas podrán, por tamaño, expandirse con facilidad a otros países bien a través de compras, bien a través de crecimiento orgánico.
¿Cuáles son los elementos que tienen que potenciar los bancos chinos para aprovechar estas oportunidades? * Evolución de sus productos: los clientes demandan más y mejores productos, que se adapten a sus necesidades (cada vez más variadas a medida que crece la influyente clase media. Préstamos personalizados, medios de pago... un gran mundo por explorar. Paralelamente, los bancos tendrán que evolucionar a una cartera de productos en la que los ingresos derivados de servicios y comisiones crezcan desde el mínimo 5% en el que se encuentra actualmente.
Control de riesgos: con la creciente complejidad de sus actividades, las entidades tendrán que prestar una mayor atención a los riesgos de todo tipo en los que incurran, ya que no hacerlo podría suponer un peligro para el equilibrio y saneamiento de sus cuentas.
Procesos: para adaptarse a la dimensión de sus operaciones, los bancos chinos tendrán que adaptar sus procesos logísticos y de gestión en búsqueda de la eficiencia.
Estilo de gestión: el nuevo paradigma exigirá el desarrollo de nuevas habilidades en los empleados y directivos de los bancos. Criterios como la orientación al cliente, el servicio, la adaptación cultural a otros mercados, cultura financiera...
Los bancos chinos son un nuevo competidor en el sector financiero. Están dando sus primeros pasos, pero nadie duda de su potencial y de su capacidad para aprovecharlo.
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